viernes, 3 de junio de 2011

COMO SANGUIJUELAS


De todo se ve en la viña del Señor” decía mi abuela, y sí que es cierto. En estos tiempos, en plena campaña electoral, se perfilan personajes que se meten en campañas “nuevas”, chapucean en todas partes pero no se detienen en ninguna.

Esos personajes –unos más frescos que otros, y otros menos renovados que algunos– se mueven de manera audaz. Escalan, buscan dónde está la sangre espesa (pero sin coágulos); se aferran en el lugar exacto; se posan allí, chupan un tiempito y se llenan hasta aumentar tres veces su peso.

Salen del país, se capacitan, se muestran y siguen chupando como sanguijuelas; cuando palidecen, estos personajes salen solitos y afanaditos a buscar otro donante. Actúan como “coordinadores programáticos” y “estrategas”.

A los portadores de la sangre fresca los descrestan con sus viejas “victorias”. Pero tengo algo que admirarles: Llegan a tener varios pares de testículos; los necesitan para atender con cada par a cada uno de sus múltiples “asesorados”. En esta recta final van de campaña en campaña ofreciendo sus saberes y jurando tener la estrategia ganadora. Veremos en el 2012 con cuál de esos testículos tocarán las puertas en la Alpujarra.

Son expertos en cambiar de piel. Son unos camaleones. Para ellos la máxima es simple: “Si se volteó el Titanic, ¿por qué no lo vamos a hacer los “estrategas”?


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