domingo, 25 de abril de 2010

Un párroco en la política:

EL DIABLO HACIENDO HOSTIAS
Sotanas, fierros y votos en Medellín

El sábado 17 de abril de 2010 fue detenido en Medellín el padre Óscar Albeiro Ortiz Henao. Las autoridades lo acusan de concierto para delinquir agravado con fines de asesinato, desplazamiento forzado y extorsión. Lo cierto del caso es que, con su sotana y desde el púlpito, bendijo a las bandas paramilitares, justificó sus atropellos y se alió con varios dirigentes liberales para llevar a Luis Pérez a la Alcaldía de Medellín.

En 1998 el padre Óscar Albeiro Ortiz Henao llegó a la Iglesia de San Antonio de Prado, un corregimiento al sur de Medellín con aproximadamente 72 mil habitantes, 20 barrios, 50 urbanizaciones y 8 veredas. Venía de estar por un tiempo en África. Llegó como una mansa paloma. La gente lo recibió con mucho agrado por la forma en que hacía la homilía. Una eucaristía muy convincente en la que en su predicación el éxtasis de la fe llegaba a las lágrimas. Era una celebración muy moderna, nunca antes se había visto a un cura llorando por su devoción al Altísimo.

Poco tiempo después, el padre empezó a tener problemas con los líderes comunitarios de San Antonio de Prado. Desde el altar lanzaba duras reprimendas contra ellos, agitaba a la gente para que los linchara y, de paso, sacaran del corregimiento a los que no estaban de acuerdo con él, especialmente a aquellos que no eran de su conveniencia ya fuera porque no iban a misa o pertenecían a otra religión. Llegó a pedir pena de muerte para quienes consideraba guerrilleros y homosexuales.

A principios de 2000 la cosa se puso pesada entre el cura y los habitantes del corregimiento. Actuaron como mediadores en esa ocasión Severo Antonio López alias Job y su esposa Claudia Cano, quienes exhortaron a los inconformes a la calma y a dejar al párroco en santa paz. Finalmente, la situación se calmó por la noticia del traslado del padre Óscar. Antes de irse de la parroquia de San Antonio de Prado dejó un recuerdo a sus habitantes: Cinco jóvenes que estaban acampando por el lado de El Chuscal fueron masacrados después de que en la misa del domingo en la noche el padre Óscar los tildara de guerrilleros que buscaban información para tomarse a San Antonio de Prado. A las 7 de la noche del lunes fueron asesinados y desmembrados.

Muchas de las muertes que ocurrieron en San Antonio de Prado y sus barrios desde 1998 hasta hoy fueron justificadas diciendo que se trataba de guerrilleros, violadores, ladrones, no colaboradores y críticos del padre. Este corregimiento es un corredor estratégico que sirvió a los paramilitares para conectarse con el suroeste antioqueño, subiendo por Armenia Mantequilla se sale a Heliconia, Sevilla y demás municipios del suroeste. En este corredor operaba el comandante Camilo, de las autodefensas; y el padre Óscar visitaba estas tierras por dos razones fundamentales: por allá tenía una finquita por valor de 500 millones de pesos y por su amistad profunda con el comandante Camilo.

En marzo del 2000 el presbítero Óscar Albeiro Ortiz Henao llegó a la parroquia San José de El Limonar, a un barrio del mismo nombre del corregimiento de San Antonio de Prado. La situación en este sector no estaba para nada buena, pues existían unas ocho bandas juveniles y las milicias del ELN. Las milicias controlaban desde La Verde hasta El Limonar 2, y Las Vifas. En el resto del barrio mandaban las bandas de los mariguaneros, los parejas, los chayanes, los del gas, los del plan, los costeños y los de Aragón. Cuando el padre llegó a El Limonar había una guerra juvenil, en la que se daban bala todos contra todos. Y nada qué decir de los atracos, vacunas, robos, asesinatos.

Aprovechando su carisma y su sotana en las eucaristías el padre empezó a decir que iban a unificar las bandas que hacían de las suyas en el barrio, que iban a acabar con la violencia porque iban a venir unas personas que cuidarían el barrio y que iban a acabar con la violencia, pero que pedía encarecidamente a todos los creyentes no poner denuncias, ni avisarles a las autoridades, pues eran unas buenas personas que lo único que harían era cuidar el barrio y acabar la violencia. “La ley no hace nada y estas nuevas personas si van a hacer mucho por nosotros”. Se trataba nada más y nada menos que de los paramilitares del suroeste que venían enviados por su amigo el comandante Camilo.

Pero Camilo era sólo uno de los pequeños eslabones de esta cadena, porque con perifoneo con megáfono, que por supuesto era de la parroquia, se anunció por todo el barrio la visita de Adolfo Murillo alias don Berna, que llegó a hablar con los combos para tratar de unificarlos y de convencerlos de que se unieran a sus filas. Camilo, Berna y el padre Óscar presidieron la reunión de las mansas ovejas que pastaban fuera del rebaño de los paramilitares. Desde ese día empezaron a aparecer muertos miembros de las bandas, que se sintieron acorralados pues los paramilitares ya estaban ahí no más en el casco urbano de San Antonio de Prado.

Sagaz el cura, y a la remembranza de las épocas de la violencia liberal - conservadora de la década de 1950, aprovechó la situación de las bandas y convocó a una nueva reunión con los mismos invitados: Las bandas, alias don Berna, el comandante Camilo y él. Allí se les dijo de manera enfática: o trabajan con nosotros o se mueren. Alexander Erazo, alias Bonito (hoy está condenado a 60 años por secuestro), fue el primero en aceptar las órdenes de los paramilitares y así las demás bandas, una a una, aceptaron el nuevo control paramilitar de la mano del padre Óscar. Alias Caliche no aceptó y por eso fue denunciado a las autoridades. En su ausencia se nombró como coordinador a Francisco Antonio Arias alias Toñito, un desmovilizado del bloque Cacique Nutibara, comandante de los paramilitares, en El Limonar 1, segundo comandante de Álex Bonito. Desde ese momento sólo imperó la ley del padre Óscar y de las AUC.

Se reorganizó de nuevo la delincuencia: alias Toñito y Carlos Diwel Henao Cardona, alias Tula, coordinaban la parte alta de El Limonar; en la parte baja quedó Darwin; en El Plan quedaron Leandro y Fredy Restrepo, alias Mariano; en Las Vifas, alias el Gordo Negro y El 7; y en Aragón quedó alias El Rosado. Se nombró a Álex Bonito como comandante general, pero era la fachada porque realmente quién cumplía y ejercía esta función a cabalidad era el representante de Dios y de los paracos en la tierra de San Antonio de Prado: el padre Óscar Ortiz.

El cura párroco era quien autorizaba o desautorizaba las pelas, las ejecuciones, los homicidios, los desplazamientos y las vacunas. Todo tenía que ser canalizado a través de él. Por encima de él no estaba ni Dios, sino Berna, porque El Ronco y El Barbado estaban de nombre y quien no se sometió a esta ley murió, porque según el padre la desobediencia se pagaba con la vida. En el 2002, una vez dominado todo el territorio, se desplazaron a San Francisco e Itagüí. Alex Bonito era la voz del padre, que era sagrada para todos ellos. En ese año, antes de la negociación para la desmovilización, asesinaron a Leandro para poner de coordinador a Fredy Restrepo, alias Marianito, y a Darwin, que lo mataron en la calle 2 con la carrera 5 oeste, porque éste siempre se le enfrentaba al padre cuando lo veía armado de bate y correa dispuesto a ejecutar una de las tantas pelas que sentenciaba desde el púlpito. Y así se fueron desapareciendo los contradictores del cura párroco, también los que no iban a misa, los que eran de otra religión.

Para poder actuar contra las personas que no estaban en el camino de Dios, desplazarlos, ejecutarlos o darles la pela, el padre realizaba la misa al frente de la casa del sentenciado donde, con profunda fe divina, se le tildaba de guerrillero, violador, ladrón, homosexual, que eran las causales para ejecutar a alguien. Y así mismo era el castigo: una pela, desplazamiento o ejecución. Y para los creyentes, si el padre lo decía así era. Amén de las vacunas a las empresas transportadoras, a las tiendas, a los negocios e, incluso, a los proyectos comunitarios que eran financiados por la Alcaldía de Medellín con el pretexto de que era plata de la comunidad y él ordenaba entregarla para el bien de la misma.

Todo eso pasaba cuando los desmovilizados ya estaban recibiendo los beneficios del Estado por estar reinsertados, pues contaban con armamento de sobra, porque por orden del padre Óscar nunca entregaron las armas de alto calibre en el proceso de desmovilización, lo que sí entregaron fueron unos changones y unas escopetas viejas. Incluso ellos se quedaron con 14 fusiles AK47 y un bulto de munición que les trajeron del suroeste.

En el 2003, después de la reinserción, asesinaron a cuatro señores que eran de Manrique, tildados de guerrilleros, al frente del restaurante de los niños; masacre que fue sentenciada en la misa del domingo en la tarde argumentando que el mal había que acabarlo de raíz.

Empezando el 2004 se perpetró otra masacre en contra de cinco personas que estaban viviendo en el centro de salud del barrio El Limonar. Desde el púlpito nuevamente se anunció dónde vivían unos guerrilleros cuya intención en el barrio era descomponerlo y los más berracos de allá tenían que acabar con ese problema. Efectivamente, acabaron con la vida de Luis Arnoldo Rodas Lora, Luis Elver Rodas Gutiérrez, Arturo Antonio Rodas Lora, Adrián Villa y Arley Villa. Fredy Restrepo, alias Mariano, está sentenciado a 38 años por esa masacre y alias Toñito, que también estuvo en esa masacre, no está detenido y está condenado como reo ausente.

En pleno proceso de reinserción estos muchachos reinsertados seguían haciendo de las suyas, comandados por Alexander Erazo, alias Alex Bonito, Francisco Antonio Arias alias Toñito, alias Tula, Robinson Cardona, alias el Mocho, Esneiser, William, alias el Cabezón, con la santa bendición del cura de la parroquia San José de El Limonar Ellos fueron desde El Limonar a apoyar a los paramilitares de la comuna 13.


Párroco y paracos en la política: A sangre y fuego pero ganamos


Ni siquiera el actual alcalde de Medellín Alonso Salazar Jaramillo se escapó de la furia divina. En una de las tantas entradas en trance del padre Óscar, en plena eucaristía, excomulgó y maldijo ante todos los devotos presentes a Salazar Jaramillo cuando era candidato a la Alcaldía de Medellín en el 2007.

Como en la novela Cóndores no entierran todos los días, de Gustavo Álvarez Gardeazábal, la historia se repite en pleno siglo XXI. Al padre Óscar le gusta la política y bastante. Para las elecciones a Cámara y Senado de 2006 fue un gran activista de Jorge Morales, candidato a la Cámara, y de Luis Fernando Duque, candidato al Senado, época en que el conocido ex alcalde de las reinas Luis Pérez Gutiérrez empezaba a mostrar de nuevo su interés por la Alcaldía de Medellín 2008-2011.

Por esos días, al padre Óscar se le veía muy entusiasmado y puso toda su parroquia, y por supuesto, a todos los piadosos, en función de la campaña electoral del senador y del representante y del futuro alcalde por segunda vez Luis Pérez Gutiérrez.

Hubo una reunión en el Country Club de Medellín, unos tres meses antes de las elecciones a Cámara y Senado, donde participaron Luis Pérez Gutiérrez, Luis Fernando Duque, Jorge Morales, Francisco Antonio Arias, alias Toñito y el presbítero Óscar Albeiro Ortiz Henao. Como buen siervo de Dios, lo primero que hizo el padre en esa reunión fue cobrar los diezmos para arreglar el techo de la iglesia. Empezó por el senador que dio 10 millones, 5 le dio el representante a la Cámara y Luis Pérez se metió la mano al bolsillo con 20 millones. Otro cheque que firmó fue para Alexander Erazo, alias Alex Bonito, que como no estaba presente fue entregado a Toñito con la advertencia de que era para los muchachos y, de ahí en adelante, las cosas eran directamente con el propio Luis Pérez.

Poquito fueron los 20 millones porque el cura y sus muchachos son insaciables. A través del odontólogo Farid Vélez, Luis Pérez hacía llegar mesada para el cura y los muchachos. Empacados en bloques y forrados con cinta llegaban los fajos de billetes de 20 y 50 mil pesos a la parroquia del barrio El Limonar para “apoyar” a los paramilitares, reinsertados o no, que le dieron la palabra al cura Óscar de irse con toda acompañando a Luis Pérez Gutiérrez en su campaña a la Alcaldía.

Luis Pérez Gutiérrez, en muchas ocasiones, participó en reuniones en la parroquia San José de El Limonar donde asistían el padre Óscar y Alex Bonito, custodiados por todos los paramilitares de la zona, e incluso desde esa parroquia se distribuía la publicidad para los candidatos a Senado y Cámara en el 2006, utilizando el corredor que comunicaba con el suroeste, así como para las elecciones a la Alcaldía de Medellín en el 2007.

En la campaña por la Alcaldía de Medellín, el padre Óscar, alias Toñito y Alex Bonito fincaron sus esperanzas, a punta de amenazas, en que la gente más por miedo que por convencimiento darían su voto a favor del ex alcalde, quien no sólo hacía presencia con plata, sino en persona en las misas de sanación del cura Óscar Ortiz.

También estuvo en varias reuniones en la Media Torta, en El Plan y en San Antonio. En El Chuscal hicieron otra reunión donde participaron el cura Óscar, Diego Arango, Luis Pérez y algunos reinsertados. Pero la reunión más mentada fue la que hicieron en una finca en Heliconia donde participaron todos los reinsertados y algunos que vinieron de Urabá; la juerga fue hasta bien entrada la noche alrededor de un asado. En esta fiesta Luis Pérez prometió que cuando llegara de nuevo a la Alcaldía, los desmovilizados eran los que iban a tener la mayor parte de los contratos de la Oficina de Paz y Reconciliación de la Alcaldía, tendrían todos los beneficios que quisieran, no habría extradiciones, pues ya estaba todo cuadrado en el programa de trabajo.

Y las promesas pululaban. En una reunión que hicieron por donde quedan los charcos de El Salado, en una finca que está en proceso de extinción de dominio por la Fiscalía, Luis Pérez prometió al cura Óscar y a los reinsertados que el compromiso con ellos era que, si ganaba las elecciones, el 1 de enero retiraba la policía para que ellos tomaran nuevamente el control del barrio. En esta reunión también estuvo el senador Luis Fernando Duque.

El 28 de octubre del 2007 día de las elecciones para alcaldías y concejos municipales, el padre Óscar amaneció repartiendo bendiciones a quienes votaran por Luis Pérez y maldiciones a quienes votaran por Alonso Salazar. Vestido con la camiseta que decía: “Todos por Luis Pérez”, en su arrobamiento homílico expresaba: “Alonso mil veces maldito y no has de ganar” y señalándose el pecho gritaba: “por éste es por quien hay que votar”. Y Alex Bonito, Toñito, Tula, Marianito y todos los desmovilizados, igualmente uniformados con la camiseta de Luis Pérez, hacían de monaguillos electorales frente al altar, para que a nadie le quedara duda por quién había que votar. Según los compromisos pactados con el padre Óscar y los reinsertados, era un hecho que Luis Pérez iba a ganar. Y sí ganó en San Antonio de Prado, porque la Alcaldía se la ganó Alonso Salazar.

En resumidas cuentas, en San Antonio de Prado Luis Pérez hizo su campaña de la mano de los paramilitares, de los reinsertados y con la aprobación celestial del cura párroco Oscar Albeiro Ortiz Henao.

Entre el 2008 y el 2009 estos combos engendraron una violencia en la ciudad con el claro propósito de presionar una negociación y sabotear la administración de Salazar Jaramillo, quien desde que era secretario de Gobierno ha tenido un mensaje claro: “Yo no negocio con bandidos”.

Tal y como afirmara Jorge Giraldo en su columna publicada en El Colombiano el 25 de enero de 2010, “(…) Esta es la filosofía de los enemigos del Alcalde: crear el caos en la ciudad, destruir lo ganado en imagen positiva nacional e internacional. En suma, los enemigos del Alcalde se han convertido ya, hoy, en enemigos de la ciudad. (…) La ciudad no está asediada, el que está asediado es el Alcalde y los que lo asedian no tienen escrúpulos para afectar la ciudad con tal de golpear a su gobernante”.

6 comentarios:

  1. ¿O sea que el que reza y peca empata? Sabia la Santa Madre iglesia.

    Bueno, ¿Y los que hicieron la primera comunión con este cura se les anula?, ¿la hostia no sirvió?

    ¿Uno podría aprovechar para anular el matrimonio si este me casó?

    ¿Y si él cantó la misa de difuntos de quién él mismo mandó a eliminar, a dónde iría a para esa alma?

    ResponderEliminar
  2. Gracias a Dios, la justicia divina existe. Las FALSAS acusaciones que arremeten contra este hombre que el único delito que cometió fue el de buscar LA PAZ y el bienestar para su comunidad. Ojalá Dios los perdone por difamar y dañarle la honra al padre Oscar con sus calumnias. El daño que usted causa con su "escrito" que más parece una payasada, sera el daño que usted mismo más adelante sufrirá.

    ResponderEliminar
  3. Hasta ahora vengo a leer este artículo y es increíble desde todo punto de vista que alguien que predique la palabra de Dios sea este hombre inmoral, corrupto, asesino y desalmado. Lo odio con toda mi alma y espero que se pudra en la cárcel y que al morir llegue al mismísimo infierno porque ese infierno tuvimos que vivirlo mi familia y yo cuando perdimos a nuestro hijo y hermano en una masacre que se llevó a cabo en San Antonio de Prado en esa misma época. Y ahora leyendo esto, entiendo muchas cosas, pero quien iba a saber que detrás de todo estaban las manos de una porquería, de una rata, de un maldito demonio que se hizo llamar PADRE, CURA, SACERDOTE, HIJO DE DIOS..... Será el padre de los paracos y el hijo pero del diablo. Ojalá todos paguen por lo que hicieron, ese Oscar, el tal Alex el bonito que esos 60 años le quedan cortos, debería sentarse en una silla eléctrica ese mal nacido y con razón la loca, kakorra de Luís Pérez solo gana en los barrios populares, donde se aprovechó de la gente humilde, a la que engañó con promesas y le tapó la boca con plata. MALDITO PAÍS LLENO DE VIOLENCIA, CORRUPCIÓN, NARCOTRÁFICO Y PARAMILITARISMO en el que no les importa el sufrimiento de una familia entera... Mil maldiciones para todos y nadie ni siquiera Dios los va a perdonar jamás.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. imbecil... a usted le consta, es usted peor que ellos por desear tanto odio y se le nota el veneno que carga con usted en la sangre acaso segun usted es mas pecado lo que supuestamente ellos hicieron o difamar, odiar y mentir como usted lo hace... cuide esa lengua y esa alma negra ..
      quien es usted para señalar y condenar. el dios o que...

      Eliminar
  4. La historia y el tiemo dara la razon a aquellas personas que han actuado correctamente. en un tema con tantos intereses y en busca del poder politico, se crean muchas injusticias.

    solo espero por el bien de la sociedad que salga a la luz la verdad

    ResponderEliminar
  5. La ley de compensación nunca ha fallado y jamás fallará. Si todo ello es cierto se les devolverá y vivirán en ese infierno que ellos mismos han preparado. los frutos que se recogen son acordes a las semillas sembradas.

    ResponderEliminar