domingo, 5 de diciembre de 2010

martes, 30 de noviembre de 2010

Carta abierta al Presidente de Panamá

Por Daniel Samper Ospina
OPINIÓN. Salve al doctor Uribe. Salve a sus amigos, instálelos en el mismo condominio. Las reuniones de copropietarios recordarían los consejos comunitarios.
Sábado 27 Noviembre 2010

Permítame solidarizarme con usted, presidente Martinelli, y ofrendarle el más sonoro de mis aplausos por darle asilo a la doctora María del Pilar Hurtado. No se deje amilanar por el rechazo que ha despertado tan noble iniciativa: en Colombia tenemos la creencia de que la única mujer que merece vivir en un asilo es Noemí.
En un primer momento estuve en desacuerdo con su decisión: comenzó la tapadera, pensé. Incluso cuando alguien hablaba del 'Tapón del Darién', suponía que se referían a usted.
Pero eso era antes, estimado Presidente, cuando era un miserable resentido. Ahora me he vuelto una persona sensible, compasiva con los políticos colombianos. Pobres. Hay un plan para desacreditarlos a todos. A todos. Mire el caso de Samuel Moreno, por ejemplo: tuvo que instalar una pista de patinaje frente a su oficina para que no queden dudas de que lo mejor que sabe hacer como alcalde es patinar. Y mire el caso del Partido Verde: una revista científica publicó que el alcohol era peor que la droga con el único fin de desprestigiar a Luchito.
Pero los que más me preocupan son los uribistas, víctimas indefensas que merecen toda nuestra solidaridad.
Por eso, no solo aplaudo que reciba a la doctora Hurtado, sino que lo invito a que acoja a otros patriotas que también están en peligro. Acójalos, señor Presidente. Son grandes personas. Convénzalos de que se vayan para allá. Reciba a Sabas 'el Cabezaehuevo' Pretelt; haga que Pachito se autonombre corresponsal en Panamá; invite a ese faro moral que es César Mauricio Velásquez; convenza a Fernando Londoño y a Ernesto Yamhure de que empaquen tirantas y escopetas, y aterricen allá. Y dé la bienvenida al filósofo más importante que ha dado Colombia después de Francisco Maturana: el doctor José Obdulio Gaviria, gran sostén del uribismo: un sostén casi tan grande como el que tuvo Laura Acuña antes de que tomara la lamentable decisión de retirarse las prótesis.
El doctor José Obdulio puede cumplir un gran papel en el canal de Panamá. Sabe mucho de canales. Acá intrigaba para tener uno. A mi juicio era un propósito innecesario: la verdad es que en Colombia no solo no hace falta un nuevo canal, sino que sobra uno de los dos que hay. Pasan series idénticas, novelas igualitas, se copian todo el tiempo el uno al otro: sobra uno.
Reconozco que espiar opositores no es muy elegante, y es cierto que durante el periodo de Uribe periodistas, magistrados y políticos de la oposición fueron seguidos muy de cerca por el gobierno, hasta el punto de que los detectives sabían dónde compraba las sudaderas de toallita Cecilia López y cuáles eran los horarios en el Ipler de Juan Manuel Galán.
Pero, doctor Martinelli, entiéndalos: como grandes intelectuales, los uribistas ponen a funcionar la inteligencia por instinto.
Ayúdeme a salvarlos de este país ingrato.
Pero, sobre todo, ayúdeme a convencer al doctor Uribe de que él también se asile en Panamá. Que se saque de la cabeza esa tonta idea de seguir haciendo política en Colombia, un país que no le ofrece garantías: el congresista de la Comisión de Acusaciones que lo investiga, para que usted se dé cuenta, es de apellido Bocanegra. ¿Es serio que a uno lo juzgue alguien con ese nombre? ¿Hace el señor Bocanegra honor a su apellido, como la doctora Hurtado? ¿Puede un Bocasucia, como Uribe, ser juzgado por un Bocanegra?.
Salve, pues, al doctor Uribe de esta horrible persecución de la que es víctima. Salve a sus amigos, que merecen una vejez tranquila. Instálelos a todos en el mismo condominio. Las reuniones de copropietarios recordarían los consejos comunitarios. En el salón comunal, el doctor Uribe haría un balance de los orinales de su apartamento; contrataría a sus hijos para que sacaran la basura al shut; gastaría todo el presupuesto en celadores y le regalaría los jardines a la familia Dávila Abondano.
Pero irían a la playa libres y felices, como se lo merecen. Puedo verlos: puedo ver a la señora Hurtado en un bikini mínimo, a Sabas en una tanga diminuta. José Obdulio, ya sin presiones, corre desnudo por la arena y apenas se tapa la porquería con una mano, como lo hizo Gregorio Pernía en inolvidables fotos artísticas. César Mauricio, tenso pero emocionado, trata de ver qué tan Moreno es Bernardo con el rabillo del ojo, contrario a Sabas, a quien se le alcanza a ver el ojo del rabillo. Uribe nada en el mar sin hundir la cabeza y luego echa sus carnitas al sol sin ponerse bloqueador: ¿para qué lo necesita, si de todos modos vive ardido? Después da una declaración en la que aprueba la figura, ya no del asilo, como esta semana, sino de la doctora Hurtado, cuyas curvas voluptuosas recuerdan las de Yidis: salvo la de aseguramiento, que le luciría muy bien, ambas tienen medidas similares.
Sálvelos, Presidente, de la severa justicia colombiana. Estos próceres de la patria no merecen padecer las rigurosas penas que les dictarían en Paloquemao: podrían darles hasta un mes de casa por cárcel y tendrían que usar unos incómodos brazaletes electrónicos a los que ellos mismos deben ponerles las pilas, porque el Inpec carece de presupuesto.
Evíteles ese calvario. Cúbralos, pues, con la bandera panameña. Nos dolerá en el alma perder para siempre la guía del doctor Uribe. Pero le aseguro que sabremos reponernos.

Por qué no te callas?

El Espectador / Héctor Abad Faciolince / Noviembre 28 de 2010
Por: Elespectador.com
SI EL EX PRESIDENTE URIBE PENSA-ra y escribiera bien podría dedicarse, como Lleras Camargo, Lleras Restrepo o López Michelsen, a opinar en los periódicos, o a escribir sus memorias.
Pero Uribe no es un hombre de pensamiento, sino un hombre de acción. Si el ex presidente Uribe amara la música, la poesía o la literatura, podría encontrar un puesto en alguna fundación de apoyo a la cultura, como Belisario, o si amara las artes plásticas, podría coleccionar buena pintura, como César Gaviria. Pero al ex presidente Uribe no lo conmueve la novela, no le interesa el arte, y la poesía que le gusta es la de Robledo Ortiz.
Si le gustara el trago, podría consolarse, como Valencia, con unos aguardientes, pero el ex presidente es abstemio. Si fuera el ex presidente, al menos, un mujeriego, podría anular su matrimonio, como hizo Turbay, e irse de Embajador al Vaticano con una nueva esposa bien joven, que le hiciera masajes en los pies. Pero al ex presidente no le interesa la lujuria. Si le interesara la filología podría escribir un diccionario, como aquel otro Uribe, Uribe Uribe, o traducir la Eneida, como Caro. Si le gustara la comida, si tuviera sentido del humor, podría al menos dedicarse a comer, y a contar chistes, como Samper. Pero se sabe que Uribe ni siquiera entiende los chistes. Si tuviera buenos amigos, podría viajar contento por cientos de países, en compañía de otros jubilados jóvenes, como Pastrana. Pero él no tiene amigos, sino aliados, que más que amarlo le temen.
Entonces, como el ex presidente Uribe sólo tiene el vicio incurable del poder, la adicción al mando, la costumbre irrefrenable de llevar siempre las riendas, las espuelas y la fusta, entonces ahí lo tendremos, vociferando en Twitter, enviando comunicados de muy dudosa lógica jurídica o política, rojo de indignación, verde de rabia, enfermo de ira, regañando a los columnistas, insultando a los jueces, manoteando contra los traidores, aconsejando exilios a sus ex funcionarios (no para protegerlos sino para que al fin, en la desesperación de los interrogatorios, no acabe por zafárseles la verdad).
Porque la verdad monda y lironda es que el DAS dependía y depende de la Presidencia de la República. Y los del DAS pusieron micrófonos en la sala de la Corte Suprema, para oír ilegalmente sus deliberaciones. Si el FBI o la CIA hubieran hecho esto en Estados Unidos, las consecuencias para el gobierno que hubiera instigado semejante insulto se oirían durante siglos. No es posible chuzar a la Corte Suprema y luego pretender que la Corte Suprema se cruce de brazos. Porque ordenarles a los servicios de inteligencia chuzar a los altos magistrados y a los principales periodistas y opositores políticos del país es un delito más grave, muchísimo más grave que el escándalo de Watergate. ¿Por qué se va al exilio la señora Hurtado? Para no tener que decir de dónde venía la orden de oír a los jueces, a los políticos y a los periodistas, ya que confesar esa verdad era lo mismo que poner una lápida en su pecho. Mejor callada en Panamá que acorralada aquí entre la pared de la verdad y la espada del miedo.
Uribe y sus aliados son poderosos, pero hoy son los huérfanos y las viudas del poder. Nosotros, los periodistas, podemos convertirnos en los altavoces, en los amplificadores de sus rabietas y diatribas, o simplemente dejarlo que grite y vocifere a solas en su Blackberry. Tenemos la tentación de seguir en ese ambiente crispado, lleno de rabia y adrenalina al que nos acostumbró su gobierno. Pero lo más sensato sería hundir el botón de “mute” cuando estos cruzados del odio vociferan, } e insultan. Ya pasamos esa página, ese trago amargo. No le demos más prensa ni le prestemos más atención a tanta rabia. Bajémosle la fiebre a todo esto hundiendo ese pedal que en el piano se llama sordina. Que grite solo, como Chávez. Y preguntémonos en silencio, simplemente, de cuando en cuando, por qué no se callará. Porque eso sería lo mejor para todos: que se callara.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Test del buen corrupto

Revista Semana
Autor: PABLO EMILIO OBANDO ACOSTA

Los colombianos hace rato que estamos rajados en materia de corrupción. Pero ninguno admitimos serlo. Todos nos consideramos impolutos y siempre vemos la corrupción mas allá de nuestros limites personales. El corrupto siempre es el otro, no yo. Con el ánimo de contribuir a medir el grado de corrupción de cada colombiano me permito sugerir el desarrollo del siguiente test. Por favor responda con objetividad, Colombia se lo agradecerá.
1.- ¿Ha asistido a eventos políticos por interés personal? SI ( ) NO ( )
2.- ¿Ha dado su voto a cambio de un empleo o contrato? SI ( ) NO ( )
3.- ¿Ha organizado eventos políticos en su casa con políticos que usted sabe corruptos sin que ello le importe? SI ( ) NO ( )
4.- ¿Ha recibido cachuchas, mercados, manillas, camisetas en campaña electoral? SI ( ) NO ( )
5.- ¿Ha recibido dinero de algún político? SI ( ) NO ( )
6.- ¿Ha dado dinero a algún político para luego ser nombrado en alguna entidad oficial? SI ( ) NO ( )
7.- ¿Da cuotas económicas al político que lo hizo nombrar? SI ( ) NO ( )
8.- ¿Ha dejado de votar por un buen candidato simplemente porque su opositor ofrecía mejores dadivas que este? SI ( ) NO ( )
9.- ¿Ha votado por un candidato sin conocer su programa o plan de gobierno? SI ( ) NO ( )
10.- ¿Sabiendo que su candidato es un simple charlatán, ha votado por él? SI ( ) NO ( )
11.- ¿Ha interpuesto su interés personal al interés general? SI ( ) NO ( )
12.- ¿Ha votado por simple amiguismo o compadrazgo? SI ( ) NO ( )
Si usted respondió SI a una sola de las anteriores preguntas, no cabe duda que usted es un corrupto que merece estar en prisión. Gracias a usted muchos niños mueren de hambre y frío en las calles de nuestra patria. Y muchos de ellos no pueden ir a las escuelas ni pueden crecer en un ambiente sano o, mucho menos, contar con un buen servicio de salud.
Si usted contestó SI a dos o más preguntas tenga la certeza que puede titularse de corrupto profesional. Gracias a usted hay hambre, pobreza, miseria, analfabetismo y guerra. Los colombianos le debemos a usted el desplazamiento, los asesinatos extrajudiciales, las chuzadas, el saqueo del erario público y la angustia de cientos de madres y padres que no tienen como alimentar o educar a sus hijos. Gracias a usted existe tanto dolor en nuestra patria.
Si usted contesto todas las preguntas negativamente (NO), existen dos posibilidades: 1.- Usted no es colombiano. 2.- Usted es un político. En el primer caso rectifique su error y siéntase orgulloso de no vivir en una patria como Colombia. En el segundo caso, si es un político, lo invito a mirar a su alrededor y siéntase culpable de tanta tragedia social.
En el futuro vote a conciencia, pensando en los miles de niños que mueren de hambre. En los cientos de desplazados que soportan el frío inclemente de este invierno, en los cientos de jóvenes sin futuro que no tienen otra opción que empuñar un arma, en los miles de desempleados que llevan su dolor a cuestas. Vote a conciencia para que no se repitan hechos de corrupción que hoy embargan a Colombia. Un simple Si ha sido el camino a tanto dolor. Vote bien, vote por Colombia.
peobando@gmail.com

Lo que me dijo María del Pilar

Revista Semana
Por Daniel Coronell

OPINIÓN. María del Pilar asegura que le reclamó a su ex jefe por qué él pensaba en todos menos en ella, a lo cual Uribe le contestó que ya era de que pidiera asilo.
Sábado 20 Noviembre 2010

Hace unas semanas recibí por BlackBerry un mensaje inesperado. Era la ex directora del DAS María del Pilar Hurtado: "Daniel. Quiero tomarme un cafecito con ud. ¿Me invita?". Pasaron varios minutos antes de que me animara a contestar. Para la fecha de esa comunicación ya Martha Leal, ex directora de Operaciones, y Fernando Tabares, ex director de Inteligencia del DAS, habían confesado que mi familia y yo fuimos blanco de seguimientos ilegales por orden del gobierno. Por eso la solicitud resultaba tan extraña. Sin embargo, hice de tripas corazón y tecleé: "El sábado a las 12 en 'Noticias Uno'".
Ella me explicó que no quería dar una entrevista por consejo de su abogado y agregó: "Pero sí quisiera hablar de esto con sumercé". Algo debió notar en el tono de mis respuestas porque agregó: "Está molesto conmigo, ¿cierto?". Cuando se lo confirmé, replicó: "Lo entiendo. Por eso quiero hablar con usded. Sobre todo por lo que usted me ha brindado creyendo en mí. Gracias por oírme a pesar de lo que está pensando".
El sábado siguiente María del Pilar llegó a mi oficina. La oí sin interrumpirla por cerca de dos horas. Aseguró muchas cosas, unas cuantas eran ciertas, otras no; y todas mostraban la desesperación de una persona que se sentía abandonada.
Recuerdo perfectamente que hizo dos afirmaciones que me llamaron la atención. La primera surgió cuando le pregunté por la creación de una compañía con su apoderado, Jaime Cabrera. El 29 de diciembre pasado, ellos registraron una empresa llamada Cabrera & Hurtado Asociados SAS. Ella respondió que ante su situación económica le había pedido ayuda al entonces presidente Álvaro Uribe y este le dio instrucciones a su secretario jurídico para "llenarla de contratos", según sus palabras.
Me aseguró que Edmundo del Castillo se había saltado la orden presidencial y que, por tal razón, las únicas entidades que le habían dado los prometidos contratos eran la Superintendencia de Servicios Públicos y la Unidad de Parques Nacionales de Colombia. Y eso -según ella- porque las directoras eran amigas suyas.
También afirmó que había tenido una tensa conversación telefónica con Álvaro Uribe cuando él señaló que al "pobre Bernardo" lo querían enredar con el tema de las "chuzadas". María del Pilar asegura que le reclamó a su ex jefe porque él pensaba en todos menos en ella, a lo cual Uribe respondió que ya era hora de que pensara en pedir asilo político.
Interrumpí la narración de María del Pilar y le pregunté si era Uribe directamente la persona que había sugerido la figura del asilo, y ella me lo confirmó y añadió que si escogía esa opción, esperaba que el ex mandatario la ayudara con sus contactos a obtener ese asilo, así como Bernardo Moreno había contado con el apoyo del Partido Popular, de José María Aznar, y de varias organizaciones de la derecha ibérica para explorar esa posibilidad en España.
Cuando terminó, le pregunté por qué no consideraba la posibilidad de contarle a la justicia todo lo que sabía del DAS, y ella aseguró que ya lo había contado todo. Le insistí en que podía decir de dónde habían venido las órdenes, y guardó silencio.
Unos días después supe que el ex ministro Óscar Iván Zuluaga le había hecho una larga visita a María del Pilar en la oficina de la calle 77, que figura como dirección oficial de Cabrera y Hurtado Asociados.
El pasado fin de semana, una fuente me confirmó que ella estaba en Panamá. Recordé inmediatamente el tema del asilo y le escribí preguntándole por la razón de su viaje. Me contestó: "Atendiendo un cliente e intentando pescar otros dos. Lo noto muy dateado. Daniel, ¿me tiene chuzada?".
También recordé la estrecha amistad de Uribe con el presidente panameño, Ricardo Martinelli, así como los negocios y las frecuentes visitas a ese país de los hijos del ex presidente.

martes, 16 de noviembre de 2010

Sergio Fajardo y Aníbal Gaviria lideran la preferencia electoral en Antioquia

ENCUESTA. Una encuesta realizada por el centro de opinión pública de la Universidad de Medellín también refleja que Andrés Felipe Arias y Fabio Valencia Cossio son los dirigentes que no quisieran ver los antioqueños en la gobernación del departamento.
Jueves 11 Noviembre 2010
Revista Semana

Hace cuatro años, Sergio Fajardo y Aníbal Gaviria eran los mandatarios con mayor favorabilidad en la opinión pública. El primero como alcalde de Medellín y el segundo como gobernador de Antioquia. Este año coincidieron como fórmulas vicepresidenciales de Antanas Mockus y Rafael Pardo, respectivamente.
Ahora, Fajardo y Gaviria vuelven a coincidir. Son los dirigentes que lideran las preferencias electorales de los antioqueños de cara a las elecciones de octubre de 2010.
Así lo indican dos encuestas realizadas por el centro de opinión pública de la Universidad de Medellín, que consultó a 1.750 antioqueños con el propósito de conocer dichas preferencias.

Fajardo, con amplia diferencia para la Gobernación
En relación con la gobernación de Antioquia, donde se consultaron a 1.138 antioqueños, el ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo (P. Verde) es quien lidera las preferencias con un 56,6%.
Una diferencia amplia frente a otros posibles candidatos puestos a consideración en esta encuesta, ya que siguen en la lista el ex ministro y ex precandidato conservador Andrés Felipe Arias (8.4%), el también ex ministro Fabio Valencia Cossio (6.8%).
Otros candidatos que registraron en esta, la primera encuesta que se realiza de cara a las elecciones de 2011 en Antioquia, son el ex senador conservador Óscar Suárez Mira (1.7%), el ex representante conservador Óscar Darío Pérez (1.3%) y Carlos Mario Estrada (0.4%) .
El 6.9 por ciento de los consultados dice que por ninguno de los mencionados votaría, mientras que el 16.6 por ciento no sabe aún por quién votar o prefirió no contestar a la pregunta.
Otra de las preguntas formuladas buscaba determinar por cuál dirigente político nunca votarían los antioqueños para su gobernación. En este pregunta los dos ex ministros del gobierno de Álvaro Uribe lideraron este índice.
El 11.7 por ciento de los consultados dijo que no votaría por Andrés Felipe Arias mientras que el 11.1 por ciento respondió que por Fabio Valencia Cossio. El 14 por ciento dijo que por ninguno de los nombres puestos a consideración y el 2.5 por ciento respondió que no votaría por Sergio Fajardo.

Gaviria lidera intenciones para la Alcaldía de Medellín
Respecto de la alcaldía de Medellín, donde se consultaron a 613 habitantes de la capital antioqueña, el ex gobernador Aníbal Gaviria lidera las preferencias con el 25.3 por ciento.
Los otros posibles candidatos que registraron en la encuesta son el ex alcalde Luis Pérez (15.3%), Omar Flórez Vélez (13.1%), Gabriel Jaime Rico Betancur (5.1%), Carlos Ignacio Cuervo Valencia (3.1%), Bernardo Alejandro Guerra (2.6%), Jorge Melguizo Posada (2.3%). Darío Montoya Mejía, ex director del Sena, Luis Bernardo Vélez Montoya y Federico Gutiérrez Zuluaga también registran el 1,8%.
El 8.0% de los consultados dice que no votaría por ninguno de los mencionados mientras que el 19.9% no sabe aún por quién votaría.
Esta encuesta podría ser el partidor para quienes tienen intenciones en proyectarse como mandatarios del segundo departamento en importancia del país, y a la luz de estos resultados, marcaría tendencias hacia un cambio político, que ha siso un territorio tradicionalmente conservador.
El Partido Liberal volvería tras una larga sequía en la alcaldía de Medellín, mientras que la independencia de Fajardo, ahora en el Partido Verde, llegaría a la Gobernación.

Ficha Técnica, encuesta Gobernación de Antioquia
- Persona natural o jurídica que la realizó: Universidad de Medellín.
- Persona natural o jurídica que la encomendó: Convenio Universidad de Medellín y los medios de comunicación Radio Súper, Minuto 30 y Teleantioquia.
- Fuente de financiación: Convenio Universidad de Medellín y los medios de comunicación Radio Súper, Minuto 30 y Teleantioquia.
- Tipo de Muestreo: Muestreo Estratificado Sistemático con Afijación Proporcional.
- Tamaño de la muestra: Conformada por 1138 personas mayores de 18 años habitantes del Departamento de Antioquia.
- Tema o temas a los que se refiere: Preferencia por los precandidatos a la Gobernación de Antioquia.
- Área (universo geográfico): habitantes del Departamento de Antioquia mayores de 18 años.
- Municipios: Amagá Amalfi Andes Apartado Barbosa Bello Cáceres Cañasgordas Carepa Carmen de Viboral Caucasia Chigorodó Ciudad Bolívar Copacabana Don Matías El Bagre El Peñol El Retiro El Santuario Envigado Fredonia Frontino Girardota Itagüí Jardín Jericó La Ceja La Estrella Marinilla Medellín Nechí Necoclí Puerto Berrío Puerto Triunfo Remedios Rionegro Sabaneta San Jerónimo San Pedro San Vicente Santa Bárbara Santa Rosa de Osos Sonsón Sopetran Támesis Tarazá Turbo Urabá Urrao Yarumal Yolombo Zaragoza
- Técnica de recolección de datos: Encuesta telefónica.
- Fecha de ejecución del estudio: 7, 8 de noviembre de 2010.
- Margen de error calculado: 2.91% con un nivel de confianza del 95%.

Ficha Técnica, encuesta alcaldía de Medellín

- Persona natural o jurídica que la realizó: Universidad de Medellín.
- Persona natural o jurídica que la encomendó: Convenio Universidad de Medellín y los medios de comunicación Radio Súper, Minuto 30 y Teleantioquia.
- Fuente de financiación: Convenio Universidad de Medellín y los medios de comunicación Radio Súper, Minuto 30 y Teleantioquia.
- Tipo de Muestreo: Muestreo Estratificado Sistemático con Afijación Proporcional.
- Tamaño de la muestra: Conformada por 613 personas mayores de 18 años habitantes del Municipio de Medellín.
- Tema o temas a los que se refiere: Preferencia por los precandidatos a la Alcaldía de Medellín.
- Área (universo geográfico): habitantes del Municipio de Medellín mayores de 18 años.
- Técnica de recolección de datos: Encuesta telefónica.
- Fecha de ejecución del estudio: 4, 5, 6 de noviembre de 2010.

Que no nos pase lo de Kirchner

Por Daniel Samper Ospina
OPINIÓN. Conozco el estilo futbolístico de Uribe: no pone defensas sino autodefensas. Sabas cuadra a los árbitros. Andrés Uriel juega sin balón. Todos hacen interceptaciones.
Sábado 13 Noviembre 2010

Parto de una confesión: desde que Néstor Kirchner murió de un infarto, vivo con la angustia de que también les pase algo a los políticos de acá.
-¿Viste que se murió el molusco ese? -me dijo mi mujer hace unas mañanas.
-¡No puede ser! -me lamenté sobresaltado. Y acto seguido le exigí que se refiriera en términos menos irrespetuosos al doctor Valencia Cossio.
-¿Cuál Valencia Cossio? -me respondió-. Hablo del tal pulpo Paul.
Fue un equívoco de mal gusto, lo reconozco: los tentáculos de Paul jamás llegaron a zonas tan oscuras como los del ex ministro. Pero era inevitable pensarlo: los políticos, sobre todo los uribistas, comienzan a enfermarse. Fernando Londoño está a punto de sufrir un derrame cerebral, y a juzgar por su última columna, puede ser que ya lo haya padecido. José Obdulio tiene paranoia. Y 'el Pincher' Arias dice que lo suyo no es un cáncer, sino una pequeña gripa, cuando cualquiera sabe que se trata de una parvovirosis imparable.
Pero el que más me preocupa es Uribe. Con las nuevas revelaciones de las 'chuzadas', está más congestionado que la 26. Y encima, Santos cambia la terna para elegir Fiscal, se declara nuevo mejor amigo de Chávez y reconoce que en Colombia hay víctimas. En otras palabras: no para de pisarle los huevos. Los tres. Y por eso temo que le dé un infarto. O al menos un varicocele.
Yo, al menos, no descarto que Uribe tenga corazón. Y por eso estoy preocupado: Colombia soporta cualquier cosa -que la Contralora pose en la prensa con un chihuahua, que Moreno de Caro abra una universidad-, menos vivir sin Uribe: ¿qué tal que le pase algo? ¿Quién nos haría reír en Twitter? ¿Quién soportaría a Jorge Alfredo, a quien el esmoquin ya no le cierra, transmitiendo en directo las exequias mientras suena la música triste de El camino de la vida y pasan imágenes del ex mandatario tirándose en cámara lenta por un tobogán?
No siento misericordia por los ex presidentes colombianos, de los cuales apenas dos han pagado por los desastres de sus administraciones. Turbay, que murió aguantándose los poemas de doña Amparo Canal que él mismo inspiraba, y Belisario. Todos deberían ser castigados con una pena tan ejemplarizante como la que padece Belisario: a todos deberían extraditarlos a Barichara para que tengan que ver a Dalita Navarro recién levantada haciendo esculturas de greda por el resto de sus vidas.
Pero no ser compasivo con los ex presidentes no significa que sea insensible con el pobre Uribe.
Colombia es un país ingrato que no piensa en la salud de sus líderes. En el primer mundo, a Samuel ya le habrían asignado un dentista para que examine el tamaño de sus mordidas y le ofrecerían cómodos planes familiares para que pueda llevar a Iván y a su mamá.
Acá, en cambio, nadie hace nada por ellos. Miren a Angelino: los médicos decían que Angelino había evolucionado muy bien, pero para mi gusto aún tiene cosas de Peter Cantropus. La forma de hablar, por ejemplo. Cien días después de su infarto, se nota que perdió el aliento. Lo cual, dada la ingesta de alimentos ricos en ajo de su dieta, es una grata noticia para el país, o al menos para sus asesores más cercanos.
Por el mismo camino de Angelino va su yerno, 'el Gordo' Bautista. Debería ingresar a la Policía ecuatoriana para que le enseñen a quemar llantas. U obligarlo a que practique un deporte. Yo aprovecharía la fiebre que Édgar Rentería despertó en el país y lo metería en clases de béisbol. No es sino que el pitcher se voltee para que 'el Gordo', ¡ah, gordo sabandija!, ¡gordo rata!, ¡caco!, ¡ratero!, se robe una base.
Pero el que más me preocupa es Uribe por el grado de estrés al que lo tiene sometido el sorprendente gobierno de Santos.
Es urgente que el ex presidente se distraiga, que haga deporte.
Hace poco vi en las noticias que visitó el estadio Santiago Bernabéu. Le regalaron una camiseta firmada por los jugadores del Real Madrid. Él, en retribución, le dio a Cristiano Ronaldo un poncho firmado por todos sus ex ministros. Después le pateó unos tiros a César Mauricio que, tal y como lo hizo en Palacio, lo tapaba todo.
Bien: que ese sea el paso inicial para que Uribe monte su propio equipo. Piñera tiene uno con los mineros; Evo Morales también y, en un partido reciente, le pegó un rodillazo en los testículos a un concejal de La Paz, según mostró la prensa. Pobre Evo, es muy subdesarrollado. Yo no veo al presidente Santos pegándole en la entrepierna a, digamos, David Luna. Los veo, sí,
desenfundando los palos de golf como si fueran espadas, a la entrada de la taberna del Country, para quitarle un caddie el uno al otro. Ojalá se dé ese escándalo.
Conozco el estilo futbolístico de Uribe: no pone defensas sino autodefensas. Sabas cuadra a los árbitros. Andrés Uriel juega sin balón. Todos hacen interceptaciones. Londoño desborda por la extrema derecha. Dilian Francisca salta excitada con un uniforme de porrista que deja ver unos cucos puestos al revés, según ella, para la buena suerte. Como cábala previa a cada partido, sumergen a Valencia Cossio en un acuario con dos cajas para que elija en cuál meterse.
Es el juego que el país tanto aplaudió y del que comenzamos a conocer detalles. Entreguémosle a Uribe el fútbol colombiano, que no es que sea de infarto. De infarto está él. Y hay que ayudarle.

No que no

Revista semana:
Por Daniel Coronell

OPINIÓN. La distinguida voluntaria pedía plata para Colombia Cambió, pero -de acuerdo con sus respuestas- no sabía cómo iba a gastar la fundación esas donaciones.
Sábado 13 Noviembre 2010

Esta semana la actual Ministra de Ambiente y antigua gerente de la campaña política de Andrés Felipe Arias reconoció varios hechos relacionados con la financiación de esa causa publicados en esta columna. Por escrito, y de viva voz, Beatriz Uribe Botero admitió que mientras se desempeñaba como gerente de la campaña gestionaba recursos para una fundación paralela llamada Corporación Colombia Cambió. También aceptó que accionistas y directivos de empresas beneficiadas por Agro Ingreso Seguro –y otros programas del gobierno- fueron aportantes de la campaña del ex Ministro de Agricultura.
La confesión tuvo lugar en un debate en el Senado citado por el acucioso Senador Jorge Enrique Robledo.
Lo llamativo es que en febrero de este año, cuando se hicieron públicas las denuncias, la negativa de Beatriz Uribe fue el comienzo de la airada reacción del entonces precandidato Andrés Felipe Arias y de algunos de sus seguidores, tan activos como exaltados en foros y en internet.
Si se hubieran acogido a las palabras de la hoy ministra y antigua gerente, se habrían ahorrado muchas rabietas e innumerables mensajes.
Hace 9 meses el ex ministro Fernando Londoño, director de un espacio radial y a la vez asesor de la campaña de Arias, “entrevistó” a la doctora Beatriz Uribe para que explicará lo que había sucedido en la financiación.
En esa ocasión ella sostuvo y dejó grabado lo siguiente: “Primero, reitero, no hemos recibido recursos de empresas. Segundo jamás, jamás, hemos gestionado apoyos entre empresas que se hayan beneficiado del programa Agro Ingreso Seguro o de cualquier otro programa del gobierno”. (Vea el video de la declaración) .
Sin embargo varios documentos se encargaron de contradecirla.
En primer lugar un correo suyo en el que daba una instrucción en estos términos: “favor tomar nota de los donantes a cargo de cada una de nosotras para mover lo de la Corporación Colombia Cambió”. La respuesta de Emma Lucía Berón, gerente de “Todos con Arias” en el Valle probaba, que gestionaron –y obtuvieron- recursos de varias compañías como MAC, Manuelita y Mayagüez, varias de ellas beneficiarias de AIS y de otros programas del gobierno. (Vea los correos).
Esta semana, ya investida como ministra, Beatriz Uribe reconoció ante el Senado el alcance de su relación con Colombia Cambió: “No tuve vinculación formal con la Corporación Colombia Cambió, sin embargo como voluntaria gestioné recursos para la misma”. (Vea el documento).
Lo curioso es que la distinguida voluntaria pedía plata para Colombia Cambió pero -de acuerdo con sus respuestas - no sabía como iba a gastar la Fundación esas donaciones: “Como lo mencioné anteriormente, no estuve vinculada formalmente con la Corporación, por tanto no conozco el detalle de la operación financiera de la misma”. (Vea el documento).
Por fortuna ese vacío de información lo han venido supliendo los aportantes. Por ejemplo, la empresa MAC en un acta de su junta directiva deja constancia expresa de que la donación para la “Corporación Colombia Cambió” estaba realmente “destinada a apoyar al Candidato a la Presidencia de la República de Colombia Dr. Andrés Felipe Arias en la Consulta Popular Interna del Partido Conservador Colombiano”. (Vea el documento) .
La antigua gerente admite que es ilegal recibir donaciones de personas jurídicas, pero al mejor estilo de Luis Guillermo Giraldo quizás piense que la prohibición desaparece si los recursos pasan por el puente de una fundación.
Ante el Senado, la Ministra también aceptó que numerosos floricultores entre ellos los accionistas de las empresas Falcon Farms, Tinzuque S.A. y Floramérica –beneficarias de AIS y deudoras incumplidas del BanAgrario- estuvieron entre los donantes de Arias. (Vea el documento).
Una sesión de tres horas, un cuestionario de 25 preguntas y un senador diligente fueron suficientes para mostrar lo que el Consejo Nacional Electoral no ha podido –o no ha querido- ver en casi un año de investigaciones.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Hombre de familia

Revista Semana
Sábado 6 Noviembre 2010

Por Daniel Coronell
OPINIÓN Javier Cáceres no solo ayudó a Ordóñez a convertirse en jefe del Ministerio Público, sino que además metió a la nómina del Senado a una sobrina política del Procurador.

Recién posesionado, el Procurador General empezó a pagar con la nómina los favores de su elección. Varios allegados a congresistas y magistrados que fueron fundamentales para que Alejandro Ordóñez llegara a su puesto fueron nombrados en importantes cargos en la Procuraduría. Así quedó registrado en una de estas columnas, llamada 'La Ordóñez-política'. Tal vez el caso más emblemático es el del procurador delegado para la Moralidad Pública, Fabio Yezid Castellanos Herrera, un hombre de la cuerda política del hoy detenido ex senador Javier Cáceres.
El Procurador Delegado para la Moralidad Pública antes de serlo era asesor de la Comisión Primera del Senado, a donde llegó de la mano de Cáceres, entonces presidente de esa célula legislativa. Como si faltaran pruebas de la cercanía entre el Procurador Delegado para la Moralidad y el legislador preso, está probado también que Castellanos alcanzó a estar en la lista de Cáceres para el Senado en el año 2002.
Lo que pocos sabían es que Javier Cáceres no solo ayudó a Ordóñez a convertirse en jefe del Ministerio Público, sino que además metió a la nómina del Senado a una sobrina política del Procurador.
El 6 de marzo de 2009, el ahijado de Cáceres se convirtió en Delegado para la Moralidad; el 2 de abril -es decir, 28 días después-, la joven Ana Carolina Lineros Hernández fue nombrada en la Unidad de Trabajo Legislativo del senador Javier Cáceres, con el cargo de asistente III senatorial, el mejor pagado en el escalafón de asistentes de la Cámara Alta.
Ana Carolina es sobrina de doña Beatriz Elena Hernández Sampayo de Ordóñez, la esposa del Procurador General de la Nación. La asistente senatorial es hija de Ibeth Cecilia Hernández Sampayo, hermana de doña Beatriz y directora seccional de Fiscalías de Cartagena desde el año 2005.
Otra hermana de la esposa del Procurador se llama Ana Mercedes Hernández Sampayo. Ella no vive en la costa, como Ibeth, sino en el oriente del país. Hace ya varios años está casada con Juan Gabriel López Bautista, un funcionario de la Procuraduría.
López Bautista no llegó a la entidad por cuenta de su concuñado Alejandro Ordóñez. Fue nombrado en 2004 durante la administración de Edgardo Maya. Sin embargo, en el periodo de su pariente político fue favorecido con un conveniente traslado.
El antiguo Procurador Judicial Agrario II de Cúcuta ahora está en Bucaramanga, la ciudad a la que ha estado ligado por mucho tiempo: allí se casó y allí ha mantenido inscrita su cédula para votar desde hace 22 años.
El que no quería quedarse en Bucaramanga era otro funcionario vinculado también en la época de Maya. Se llama Jorge Moncada Rojas, y en menos de dos semanas será oficialmente un nuevo miembro de la familia Ordóñez Hernández. El señor Moncada contraerá nupcias el 20 de este mes con la hija del Procurador, la señorita María Alejandra Ordóñez.
El futuro yerno fue trasladado a Bogotá y, un tiempo después, puesto al frente de un importante cargo en la Oficina de Asuntos Internacionales de la Procuraduría General de la Nación.
Pero como no hay felicidad completa, después de oír con devoción la Epístola de San Pablo surgirá la evidencia legal del parentesco entre el joven esposo y su poderoso jefe. Tal vez por eso, el señor Moncada decidió hace unos pocos días renunciar a la Procuraduría. Lástima que no lo haya hecho antes de favorecerse con los traslados. Como sea, la marcha nupcial no será un camino al desempleo para el afortunado contrayente. Ya todo está listo para que el buen yerno ingrese a la nómina de otra entidad de control, hasta donde llega la sombra protectora del Procurador General de la Nación.

Otro Santos

Revista Semana
Sábado 6 Noviembre 2010

Por Antonio Caballero
OPINIÓNLos uribistas se oponen a la ley de tierras con el argumento de que amenaza la propiedad. De Lo que se trata es de lo contrario. No de expropiar, sino de devolver.
Soy un escritor, y en consecuencia debería saber que las palabras no son muy de fiar. Pero la otra noche mantuve una discusión en torno a si al presidente Juan Manuel Santos es posible darle el calificativo de “liberal”; y nos enredamos mucho. Sin embargo, me parece que hay dos cosas claras: que en Colombia la palabra “liberal” pesa más de lo que significa; y que Santos es, a su pesar tal vez, un liberal en el sentido político del término (y no solo en el estrecho sentido colombiano de adscripción a un partido que se hace llamar así). Está mostrando, al menos por ahora, que es liberal en lo político hasta el punto de olvidar sus íntimas convicciones económicas, que son neoliberales: enemigas del intervencionismo del Estado. Pues las dos iniciativas centrales de su gobierno son resueltamente intervencionistas: la ley de tierras y la ley de víctimas. Y muestran de pasada que me equivocaba yo cuando lo definía en esta revista, durante su campaña electoral, como “conservador en lo social” y decía que “no tiene la sensibilidad suficiente para darse cuenta de que la raíz de la guerra secular de Colombia es la lucha por la tierra”.
Pues resulta que Juan Manuel Santos no es uribista, como temíamos unos, y como se ilusionaban otros (empezando por el propio Álvaro Uribe). No lo es aunque su oportunismo (que él llamaría pragmatismo) lo haya llevado al extremo de ser el fundador del partido del rebaño uribista, La U, con la inicial del Jefe grabada a fuego en el pecho. Tan liberal se está mostrando –tal vez, repito, a pesar de sus propias ideas, devoradas por su ambición primordial y arrolladora de pasar a la historia– que tengo la impresión de que, a escondidas, Santos ha estado leyendo los editoriales que escribía en El Tiempo su tío abuelo Eduardo Santos antes de ser presidente, cuando era un liberal republicano, antifascista y antiimperialista.
La mejor prueba del liberalismo social de este sorprendete Juan Manuel Santos, que ha esperado a llegar al poder para mostrarse a la luz del día, es la decepción de los uribistas con él, su desconcierto y su creciente rencor, y sus primeros amagos de pasar a la oposición. De esos uribistas que usan plural de manada –“nosotros”– como el ex ministro Fernando Londoño. Pues no se trata de un rencor provocado solamente por la insatisfecha gula burocrática, sino por una razón ideológica de fondo encarnada en las dos propuestas que mencioné más arriba: la devolución de las tierras robadas a los campesinos desplazados y la reparación debida a las víctimas de la violencia de los últimos 20 años.
Los uribistas se oponen a la ley de tierras con el retorcido argumento de que pone en peligro la seguridad jurídica de la propiedad. La verdad es que se trata justamente de lo contrario: de restaurarles a los legítimos dueños la seguridad jurídica que les fue arrebatada por la fuerza junto con sus tierras. No se trata de expropiar, sino de devolver. De revertir el expolio cometido por los paramilitares, parapolíticos y parajuristas que, en palabras de uno de ellos, iban “unos adelante matando, otros detrás comprando y otros más atrás legalizando”. En cuanto a la reparación a las víctimas de la violencia, el argumento de los opositores uribistas es más perverso todavía. Según ellos, no se puede permitir un trato igual para todas las víctimas pues eso equivaldría a igualar también a los victimarios. No es lo mismo, sostienen, haber sido víctima de la guerrilla o de las bandas paramilitares que haberlo sido de los agentes de la Fuerza Pública: en calidad de ‘falso positivo’, por ejemplo, asesinado en falso combate; o en calidad de detenido desaparecido a manos de agentes del Estado.
Son dos leyes necesarias para que el país empiece a recuperar la decencia. Quienes se oponen a ellas deberían sentir vergüenza. En cuanto al gobierno de Santos, si logra sacarlas adelante en el Congreso de mayorías uribistas y llevarlas luego a la realidad práctica, tareas que no serán fáciles, merecerá un nuevo aplauso.

martes, 26 de octubre de 2010

El mito de la transparencia


Por: Alejandro Gaviria
EN LAS PRIMERAS SEMANAS DE SU primer gobierno, el presidente Álvaro Uribe expidió un decreto que, en teoría, iba a eliminar la corrupción.

El Decreto 2170 estaba inspirado en la idea, siempre atractiva, de la transparencia. Ordenaba que los borradores de los pliegos de condiciones fueran publicados antes de la apertura de los procesos de selección, estipulaba que los contratos deberían adjudicarse en audiencias públicas y promovía la participación ciudadana. “Uno de los objetivos del Gobierno ha sido dar más oportunidades de participación a la ciudadanía en todos los asuntos públicos, con la convicción de que a mayor participación, mayor transparencia”, dijo el presidente Uribe al final de su segundo mandato. La retórica (la demagogia podríamos decir) de la transparencia fue una constante de su gobierno. Pero la realidad a veces es inmune a las palabras.
En las primeras semanas de su gobierno, el presidente Juan Manuel Santos también recurrió a la demagogia de la transparencia. Fue incluso más lejos que el presidente Uribe. “Lo que iniciamos con el proyecto de la urna de cristal —dijo hace unos días— será la revolución de la participación ciudadana… Las tecnologías de las comunicaciones nos permiten establecer un diálogo directo con todos y cada uno de los colombianos… cada ciudadano se convertirá en un interventor, en un contralor, en un vigilante”. En la urna de cristal, supuestamente, todo será visto por todos y la mirada escrutadora de millones de ojos terminará por erradicar la corrupción.
Pero la urna cristal es una ficción, no existe. Existe, si acaso, la vitrina de cristal, un espacio donde los gobiernos exhiben lo que quieren promocionar o vender. El gobierno anterior estipuló que, antes de la contratación de cualquier funcionario, su hoja de vida debería ser publicada en la página de internet de la Presidencia. Por cuenta de esta exigencia, el encargado del asunto, el hombre del computador, quien debía, por así decirlo, poner las cosas en la vitrina, se convirtió en el administrador del clientelismo. Decidía qué se publicaba y qué no, y por lo tanto a quién se contrataba y a quién no. La transparencia es casi siempre selectiva, estratégica: muestra para tapar y tapa para mostrar.
La participación ciudadana también es selectiva. Los veedores no son observadores altruistas que se asoman desinteresadamente a la vitrina. Por el contrario, tienen intereses definidos. Económicos o políticos. Por su parte, la gran mayoría de los ciudadanos, los llamados a convertirse en interventores y contralores, a vigilar los contratos públicos, permanecen casi siempre indiferentes. Racionalmente desentendidos. Los estímulos a la participación ciudadana, a juzgar por los resultados, no han tenido un efecto sustancial sobre la corrupción. Las audiencias públicas tampoco han sido muy eficaces. Si acaso convirtieron la corrupción en un espectáculo.
La transparencia, la participación ciudadana, las audiencias públicas, los portales anticorrupción, todas estas cosas, juntas o separadas, no lograrán disminuir sustancialmente la corrupción. Muchas veces simplemente la disfrazan. El control de la corrupción depende en buena medida de los medios independientes. En últimas, son ellos los llamados a correr las cortinas que oscurecen, aquí y en todas partes, la urna de cristal.

agaviria.blogspot.com.
Alejandro Gaviria

viernes, 22 de octubre de 2010

La estirpe de Caín


Elbacé Restrepo  / Publicado el 17 de octubre de 2010
Hablemos de la Ley 1.098, de Infancia y Adolescencia, que a lo largo y ancho de su articulado protege a los delincuentes chiquiticos, cuyas manos aún no pueden empuñar una herramienta de trabajo, pero aprietan un gatillo con facilidad.
Colombia es el único país del mundo que no castiga un homicidio, ni diez, por la edad del homicida. Pero la sociedad no está sola, a pesar de lo mal formuladas que están sus leyes. Alarmado por el fenómeno de los niños delincuentes, el departamento de Psicoanálisis de la U de A ha hecho una investigación titulada El niño homicida, un estudio psicoanalítico: la estirpe de Caín.
Entre 2007 y 2010, la Policía entregó a la justicia 20.104 adolescentes que cometieron algún delito. Dice adolescentes, sin contar los menores de 14 años. Para la Ley 1.098, que debería llamarse de derechos sin deberes, un individuo entre 0 y 12 años es un niño. Entre los 12 y los 14 no existe, está excluido del articulado, y entre los 14 y los 18 es un adolescente que puede ser penalizado. Pero las penas son blandengues y poco pedagógicas. Premian, en vez de sancionar. Los niños delincuentes no les temen ni poquito.
El homicida no sancionado, tenga 7 años o 14, desata el contagio de la peste, porque demuestra que se puede matar a otro y no pasa nada. De ahí el incremento de las acciones criminales a edades cada vez más tempranas, un aumento en la reincidencia y, de sobremesa, un ascenso en las muertes violentas de los menores, por una sola y espeluznante razón: ante la ausencia de castigo penal aparece la venganza social o justicia por mano propia: "si la ley no lo toca, yo sí". ¡Y pum!
Los niños delincuentes hacen el preescolar en el consumo de drogas, la primaria en el tráfico de armas, la secundaria en el hurto y la extorsión y la especialización en el homicidio. Pero la edad no les impide ser conscientes de que la torta se volteará en su contra. La culpa, esa especie de policía que todos llevamos dentro, es feroz en ellos y los empuja, inexorablemente, hacia la muerte. Los niños no se benefician de la ley. Son víctimas de ella porque no los responsabiliza.
Dicen los investigadores que un niño que asesina jamás vuelve a ser niño, aunque tenga ocho años, que no se morirá de viejo en la placidez de una mecedora arrullando a sus nietos y que no hará la fila en la Registraduría para sacar la cédula, porque no cumplirá 18 años.
Brincarán al estrado, otra vez, la falta de oportunidades, la educación y la desigualdad, que tardarán generaciones en ser remediadas, o nunca lo serán, pero entre tanto, una reforma a nuestras leyes nos vendría muy bien, con la conciencia de que tampoco servirá de nada si los papás no asumen que su responsabilidad y compromiso con los hijos va más allá de engendrarlos y parirlos.
La idea no es guardar esta investigación en los estantes de una biblioteca. La estirpe de Caín bien vale un análisis por parte de los jueces, los padres de familia, los maestros, los funcionarios del ICBF y todos los llamados a ponerle el pecho a nuestra realidad, porque incide en los modos de comprender y de intervenir sobre estos sujetos que tienen la sociedad vuelta mi?seria.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Vargas Llosa, a pesar de él mismo

Alberto Buela (*)
Hoy le dieron los suecos, más precisamente la masonería sueca, el premio nobel de literatura al peruano Vargas LLosa, y está bien que así sea. Se lo negaron a Borges, no se lo dieron a Rulfo, no lo obtuvo Carpentier, ni Lugones, ni Cortazar, ni Ibarburú, ni Céspedes, ni tantísimos otros escritores de lengua española mil veces mejores que los últimos diez premios nobeles de literatura: 2009: Herta Mueller (Alemania), 2008: Jean-Marie Gustave Le Clezio, (Francia), 2007: Doris Lessing (GB), 2006: Orhan Pamuk (Turquía), 2005: Harold Pinter, (GB), 2004: Elfriede Jelinek (Austria), 2003: J.M. Coetzee (Sudáfrica), 2002: Imre Kertesz (Hungría), 2001: V.S. Naipaul (GB), 2000: Gao Xingjian (Francia), 1999: Gunter Grass (Alemania).
Y se lo dan a Vargas LLosa por liberal y masón. Y además escribe bien. La paradoja estriba en que por el solo hecho de escribir en español o castellano se transforma, incluso a pesar de él, en un disidente respecto de la “producción de sentido” que las autoridades suecas quieren y desean dar al dicho premio. No en vano de los últimos diez, al menos cinco escriben y se expresan en inglés, idioma que la intelligensia sueca ha adoptado desde hace medio siglo como propio.
Vargas LLosa apoltronado en Nueva York ha declarado en una extensa conferencia de prensa que: La Academia no me premió a mi sino a la lengua en la que escribo…siempre traté de escribir lo mejor que pude para la mayor difusión del español…a los hispánicos de los Estados Unidos les digo que se sientan orgullosos de su tradición cultural que hunde sus raíces en Cervantes, Quevedo, Calderón y tantos otros. Estas declaraciones que le nacen naturalmente a Vargas Llosa se producen por su pertenencia al castellano y más allá de su formación ideológica, pues son, a todas luces, políticamente incorrectas. En tal sentido quiero traer a colación lo que me escribió hace unos días, un muy buen investigador argentino en historia, el profesor Jorge Bohdziewicz, observándome un artículo mío La manipulación internacional del castellano, que: “Es cierto y bueno lo que decís sobre la lengua castellana. Aquí tenemos un ejemplo concreto de colonialismo lingüístico. En el Conicet,(equivalente del Cesic español) institución que conozco en detalle, tienen mayor calificación los artículos científicos si se publican en revistas extranjeras y en idioma inglés. Son nuestros evaluadores los que tratan de imponer esa norma, y a fe que lo logran. Ya nadie quiere publicar en revistas científicas nacionales, que van desapareciendo de a una. Los investigadores se desesperan por publicar en revistas extranjeras de "alto impacto", que le dicen, porque saben que de lo contrario corren el riesgo del rechazo de sus informes. En cuanto a valor intrínseco del trabajo, poco importa. Nadie lee y todos juzgan por el "soporte".
Este premio de Vargas Llosa adquiere una significación geopolítica no apreciada por los propios, pues desmiente el trabajo de zapa de todos los centros académicos y de formación científica del mundo hispano hablante que desplazan sistemáticamente el castellano como lengua de expresión científica sin que medie pedido alguno para ello. Es un problema de colonización lingüística emplazado de hecho en la cabeza de las autoridades de los institutos y academias de formación científica.
Hoy se ha instalado en todo el mundo académico un sistema de “revistas con referato internacional”, donde los referís se intercambian de unas revistas a otras como aquel lema de los poetas bogotanos. “te leo si me lees”. Además los informes académicos tienen que estar apoyados en revistas “indexadas”, esto es, en revistas que figuran en el nomenclador internacional de revistas y editoriales, quienes son las que otorgan valuación positiva de los artículos publicados. Se produce así un círculo hermenéutico que nos dice: un artículo escrito en castellano es científico no por lo que dice, sostiene o prueba sino por el soporte técnico que tiene(citas en inglés) y ese cúmulo de citas “indexadas” hace que dichas revistas prestigien a dicho artículo, y no el juicio de los pares como debería ser. La desmitificación de este andamiaje académico, de esta impostura intelectual la realizó, entre otros, Alan Sokal con su artículo sobre el uso embaucador y farsante de las publicaciones sedicentes “científicas”. Así, escribió un artículo en joda, lo logró publicar en una revista “científica” con referato internacional y luego les dijo que eran unos embaucadores.
El ejemplo académico más reciente que conozco es cuando hace un par de años la Universidad de Barcelona presentó un proyecto de seminario sobre la filosofía práctica en Aristóteles y el Ministerio de ciencia e innovación español los desechó porque los expositores eran todos de lengua española, sin importarle los méritos de los profesores que lo integraban ni sus trabajos de investigación durante décadas en el pensamiento del Estagirita. Fue necesaria una carta del profesor norteamericano Richard Kraut de la Northwestern University para que el ministerio autorizara el seminario. Lo triste es que R. Kraut es un “medio pelo” entre los estudiosos de Aristóteles y cualquiera de “los nuestros” (Gómez Lobo, Zagal, Llano, Oriol, Serrano, Mauri, etc.) lo da vuelta como un guante.
Cuando el viejo Alejandro de Humbolt afirmó que los hablantes modelan la lengua y la lengua modela la mente, y así cada idioma fomenta un esquema de pensamiento y estructuras mentales propias realizando uno de los mayores descubrimientos lingüísticos, nos permitió explicar apoyados en esta premisa que una forma es pensar los clásicos en inglés y otra en español. Nosotros, en tanto herederos directos y sin mediaciones de Grecia y Roma, pensamos en función de un todo, de una totalidad de sentido, en tanto que la mente estructurada por el inglés los ve en sus detalles. Ellos están por así decirlo a ser siempre, especialistas de lo mínimo. Algo que, por otra parte, caracteriza al pensamiento moderno.
No quiero acá detenerme en la evolución o involución de los estudios aristotélicos, que es cuestión de enjundiosos especialistas, pero en líneas generales puede decirse que se pasó de una visión del todo, a una visión de las partes y cuando esta visión dividió hasta el infinito las mil sutilezas encontradas, se perdió la visión del todo y hoy estamos como “cuando vinimos de España: con una mano atrás y otra adelante”. De esta tara se liberó la genuina literatura hispanoamericana que no imitó y creó constantemente durante todo el siglo XX. Así el realismo mágico y la novela histórica buscaron un anclaje siempre en la política como arquitectónica de la sociedad y explicación última de lo que sucede con nosotros en esta mundanal vida.
Vargas Llosa, a pesar de él mismo, se da cuenta de ello y en este hodierno reportaje neoyorkino lo afirmó: la literatura hispana tiene a la política como un elemento constitutivo. Y es por ello, agregamos nosotros, que el ensayo es el género propio de la expresión hispanoamericana donde el autor mezcla lo grande y lo pequeño de manera personal y llega a conclusiones, enumera pruebas más que detenerse en el método que convalida las pruebas.

(*) alberto.buela@gmail.com
CEES- Centro de estudios estratégicos suramericanos
UTN- Universidad tecnológica nacional

lunes, 4 de octubre de 2010

El viejo remedio

Por: William Ospina
YO SÉ QUE QUIEREN QUE NOS ALEGREmos con la muerte de Pablo Escobar. Yo sé que quieren que nos alegremos con la muerte del Mono Jojoy. Yo sé que quieren que nos alegremos con la muerte de Marulanda. Y que nos alegremos con la muerte de Desquite, de Sangrenegra, de Efraín González.
Yo no me alegro. No me alegra la muerte de nadie. Pienso que todos esos monstruos no fueron más que víctimas de una sociedad injusta hasta los tuétanos, una sociedad que fabrica monstruos a ritmo industrial, y lo digo públicamente, que la verdadera causante de todos estos monstruos es la vieja dirigencia colombiana, que ha sostenido por siglos un modelo de sociedad clasista, racista, excluyente, donde la ley “es para los de ruana”, y donde todavía hoy la cuna sigue decidiendo si alguien será sicario o presidente.
Tanto talento empresarial de ese señor Escobar, convertido en uno de los hombres más ricos del mundo, y dedicado a gastar su fortuna en vengarse de todos, en hacerles imposible la vida a los demás, en desafiar al Estado, en matar policías como en cualquier película norteamericana, en hacer volar aviones en el aire: tanta abyección no se puede explicar con una mera teoría del mal: no en cualquier parte un malvado se convierte en semejante monstruo.
Y tanto talento militar como el de ese señor Marulanda, que le dio guerra a este país durante décadas y se murió en su cama de muerte natural, o a lo sumo de desengaño, ante la imposibilidad de lograr algo con su inútil violencia, pero que se dio el lujo triste de mantener a un país en jaque medio siglo, y de obligar al Estado a gastarse en bombas y en esfuerzos lo que no se quiso gastar en darles a unos campesinos unos puentes que pedían y unas carreteras.
Yo sé que quieren hacernos creer que esos monstruos son los únicos causantes del sufrimiento de esta nación durante medio siglo, pero yo me atrevo a decir que no es así. Esos monstruos son hijos de una manera de entender a Colombia, de una manera de administrarla, de una manera de gobernarla, y millones de colombianos lo saben.
Por eso Colombia no encontró la paz con el exterminio de los bandoleros de los años cincuenta. Por eso no encontró la paz con la guerra incesante contra los guerrilleros de los años sesenta. Por eso no encontró la paz tras la desmovilización del M-19. Por eso no conseguimos la paz, como nos prometían, cuando Ledher fue capturado y extraditado, y cuando Rodríguez Gacha fue abatido en los platanales del Caribe y Pablo Escobar tiroteado en los tejados de Medellín, ni cuando murieron Santacruz y Urdinola y Fulano y Zutano y todo el cartel X y todo el cartel Y, y tampoco se hizo la paz cuando murió Carlos Castaño sobre los miles de huesos de sus víctimas, ni cuando extraditaron a Mancuso y a Don Berna y a Jorge 40, y a todos los otros.
Porque esos monstruos son como frutos que brotan y caen del árbol muy bien abonado de la injusticia colombiana. Y por eso, aunque quieren hacernos creer que serán estas y otras mil muertes las que le traerán la felicidad a Colombia, los desórdenes nacidos de una dirigencia irresponsable y apátrida, yo me atrevo a pensar que no será una eterna lluvia de las balas matando colombianos degradados, sino un poco de justicia y un poco de generosidad , lo que podrá por fin traerle paz y esperanza a esa mitad de la población hundida en la pobreza, que es el surco de donde brotan todos los guerrilleros y todos los paramilitares y todos los delincuentes que en Colombia han sido, y todos los niños sicarios que se enfrentan con otros niños en los azarosos laberintos de las lomas de Medellín, y que vagan al acecho en los arrabales de Cali y de Pereira y de Bogotá.
Claro que las Farc matan y secuestran, trafican y extorsionan, profanan y masacran día a día, y claro que el Estado tiene que combatirlas, y es normal que se den de baja a los asesinos y a los monstruos. Pero que no nos llamen al júbilo, que no nos pidan que nos alegremos sin fin por cada colombiano extraviado y pervertido que cae día tras día en la eterna cacería de los monstruos, ni que creamos que esa vieja y reiterada solución es para Colombia la solución verdadera. Porque si seguimos bajo este modelo mental, no alcanzarán los árboles que quedan para hacer los ataúdes de todos los delincuentes que todavía faltan por nacer.
Más bien, qué dolor que esta dirigencia no haya creado las condiciones para que los colombianos no tengan que despeñarse en el delito y en el crimen para sobrevivir. Qué dolor que Colombia no sea capaz de asegurarle a cada colombiano un lugar en el orden de la civilización, en la escuela, en el trabajo, en la seguridad social, en la cultura, en la sana emulación de las ceremonias sociales, en el orgullo de una tradición y de una memoria. Yo, personalmente, estoy cansado de sentir que nuestro deber principal es el odio y nuestra fiesta el exterminio.
Construyan una civilización. Denle a cada quien un mínimo de dignidad y de respeto. Hagan que cada colombiano se sienta orgulloso de ser quien es, y no esté cargado de frustración y de resentimiento. Y ya verán si Colombia es tan mala como quieren hacernos creer los que no ven en la violencia del Estado un recurso extremo y doloroso para salvar el orden social, sino el único instrumento, década tras década, y el único remedio posible para los viejos males de la nación.

William Ospina

Más Estado que sociedad

Jorge Giraldo Ramírez / Medellín  / Publicado el 4 de octubre de 2010
En las discusiones académicas sobre la construcción del Estado colombiano se instaló un lugar común, por fortuna cada vez menos cierto, de que en el país había más Estado que territorio. De otra parte, la convergencia entre la ideología liberal, el individualismo cerrero del colombiano y la anomia dominante ha mantenido la imagen de que la sociedad es buena y el Estado malo.
Discusiones teóricas aparte, resulta provechoso mirar los resultados de la quinta y más reciente encuesta de percepción del proyecto "Medellín cómo vamos" a la luz de esta pregunta. Esto es, cómo ven los ciudadanos al Estado local, sus instituciones y servicios, y cómo a la llamada "sociedad civil".
Sectorialmente, dos de cada tres personas expresan inconformidad con los constructores pues consideran que la oferta de vivienda es insuficiente en cantidad e inadecuada en precios. Aunque el transporte servido por privados tiene calificaciones aceptables, la gente siente que se ha vuelto inseguro. Las alertas están dirigidas al taxi, un sector en el que las empresas pueden controlar la calidad de los vehículos y de los conductores. Los servicios de bancos y celular mejoraron sus calificaciones, aunque muy lejos de los que prestan las empresas públicas. La educación pública ya igualó a la privada en satisfacción de la gente con el servicio.
Probablemente las respuestas más relevantes son las que se encaminan a detectar cuáles son las instituciones que más contribuyen a mejorar la calidad de vida de los habitantes de Medellín. Las tres mejor calificadas son estatales: la Alcaldía (47), EPM (31) y el gobierno nacional (29). Entre la sociedad civil las mejores son: las iglesias (24), las juntas comunales (21) y las universidades (16). Llama la atención el bajo aprecio por la empresa privada (10), aunque muy superior a las ONG (6) y ni se hable de los partidos políticos (3).
Con excepción del cuidado del metro, el habitante de Medellín se autocalifica mal en civismo. El comportamiento de los conductores es el peor de todos (38), seguido del de los peatones (31). En cuanto a respeto de las normas, las peores calificaciones se refieren a las ambientales (24), el cuidado de los bienes públicos (23) y las de tránsito (20). Respecto a valores las cosas son peores. El 44% de la gente considera que no hay respeto por el derecho a la vida, el 30% que no se respetan las diferencias de orientación sexual y el 28% que no se respetan a los niños ni a los desplazados.
En contra de la idea de que el antioqueño tiene una autoestima muy alta -o que es casi argentino, como dice un colega del sur- los paisas se ven a sí mismos como discriminadores. La gente siente que en Medellín se discrimina más por condición económica (83), por ser desplazado (78) o tener distinta orientación sexual (78) y por la edad (76). De lejos, el ámbito en el que la gente siente que se discrimina más es en el trabajo (82).
He ahí un gran reto. Aunque todavía nos falta en materia de eficacia y calidad de las instituciones públicas, queda claro el déficit mayúsculo que tenemos en materia de ciudadanía, civismo y responsabilidad social.

Fuente: Elcolombiano.com

El oráculo de Tuluá

Opinión

2 Oct 2010 - 9:56 pm
Por: Héctor Abad Faciolince
HACE YA MUCHOS AÑOS GUSTAVO Álvarez Gardeazábal fue un buen novelista. Incluso, en un par de obras (Cóndores, Dabeiba), un excelente novelista.
HACE YA MUCHOS AÑOS GUSTAVO Álvarez Gardeazábal fue un buen novelista. Incluso, en un par de obras (Cóndores, Dabeiba), un excelente novelista. Maldito el día en que dejó las letras y acabó metido en política: terminó en la cárcel por un confuso asunto de esculturas y plata. Pero tal vez mucho más maldito el día en que dejó la literatura y la política para terminar colado en el periodismo radial. Desde allí, más que a decir la verdad, se ha dedicado a confundir su mente de novelista (invento, ficción, fantasía, delirio) con el mundo de la realidad, y su mente deformada por los intereses y odios políticos, con el mundo de la información, que es muy distinto. Gardeazábal no informa: cuenta chismes. Y como siempre pasa con los chismosos, buena parte de lo que dice resulta ser mentira. Un periodista que alimenta, difunde y agranda chismes, es un novelista con el alma podrida.
Lo dicho no es un insulto sino un diagnóstico, una constatación, que se puede sustentar en ejemplos puntuales. Recuerdo que en enero pasado, en su tono chismoso decía, desde Cartagena, que García Márquez había llegado a la ciudad, no a pasar vacaciones, sino a descansar de una enfermedad terminal que lo estaba matando. Aquel gran novelista costeño por el que Álvarez nunca sintió simpatía, había venido a morir dentro de las murallas, simplemente, aseguraba el caradura. Mentira. Él mismo divulgó el infundio de una secuestrada amante de Alfonso Cano, el líder de la guerrilla. Esa misma secuestrada, que nunca conoció a ese jefe guerrillero, estaba amarrada de una cadena a un árbol, mientras el periodista lanzaba al aire su supuesta chiva. Un chisme, otra mentira.
Cuando no son chismes, son conjeturas, profecías falsas que se estrellan con los desmentidos del futuro: que Andrés Pastrana sería director de El Tiempo, cuando Planeta compró ese diario (de fuente segura); que Juan Manuel Santos ya no se lanzaría a la presidencia (qué gran acierto); que los del PIN son ángeles puros y limpios y solamente se los ataca por venir de abajo (cómo no manito). Y a veces ni siquiera usa palabras; simplemente hace ruidos con la boca. Tal persona: uuuuh, tal otra mmmmm, la de más allá, no sé pero me suena, ts, ts, ts. Coge por su cuenta, así sea con gruñidos, al político o periodista de turno que alguno de sus socios en el poder quiere que caiga en desgracia. Como si Tuluá fuera el epicentro de la verdad, allá van peregrinos a vaciarle su resentimiento, y a desinformar con sus deformaciones. Así se convierte en el altavoz dañino de otros difamadores de oficio.
A veces dice verdades, es cierto. Por ejemplo lee del Wall Street Journal la cotización del azúcar; y es exacta, con eso no charla un valluno. O cuenta idéntico, como si fuera suyo, un confidencial de Semana o de El Espectador, sin citar la fuente, como si él fuera el origen e insinuando que misteriosamente El Oráculo de Tuluá ha llegado a saber que...
Como el hombre tiene una labia fácil y una lengua tan rápida como viperina, todos le temen al poder de su micrófono. Y los colegas ni se diga: mejor no meterse con el novelista del Valle, para no caer en sus garras, en sus chismes, en la red de patrañas donde se mezclan datos reales con arteras mentiras. Además el programa radial donde le dan cabida es una delicia. Todos gozamos mucho, al atardecer, con La Luciérnaga, porque nos hace reír. Los imitadores, los personajes, los cuentachistes, los troveros, la seriedad de Peláez y el profesionalismo de Rincón. El periodismo que hacen ahí es un riesgo, porque como ellos mismos dicen, practican “una mezcla extraña de realidad y ficción”. Siendo un programa de humor, la ficción es la mentira de los que imitan las voces de los famosos de turno. Son caricaturas legítimas. Pero de los periodistas uno se espera verdad, y no chisme. Algunos lo cumplen. Don Gardi no: él parece estar anclado al mundo ficticio de sus novelas. Ojalá volviera a ellas y dejara el periodismo, por el bien de ambos oficios.

Fuente: Elespectador.com

La impunidad desbordada

Por Alfredo Rangel
OPINIÓN. Es necesario mejorar la capacidad científica del CTI en la investigación, porque su ineficiencia está poniendo en entredicho la eficacia de los juicios orales.
Sábado 2 Octubre 2010 
La muerte del Mono Jojoy interrumpió abruptamente el debate público sobre un tema que con mucha razón tiene escandalizada a la gente: la impunidad de que disfrutan muchos criminales en el país. Muchas leyes parecen establecidas para favorecer el delito, y centenares de jueces parecen empeñados en proteger a los delincuentes y no a sus víctimas, ni a la sociedad, ni al Estado. Mientras subsista esta situación estarán disminuidas las posibilidades de coronar con éxito la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado.
La tapa de la olla ha sido la libertad que ordenó la juez de garantías de 25 de los 34 integrantes de una red de traficantes de armas, que las robaban al Ejército Nacional para venderlas a las Farc a razón de 100 millones de pesos mensuales, durante varios años. Fueron capturados en 20 allanamientos en 10 ciudades diferentes, y se les encontró un enorme arsenal robado con destino a la guerrilla. Pero para la juez, el CTI cometió el "error" de realizar algunos allanamientos por fuera del horario de oficina que establece la Ley, o sea entre las 6 de la mañana y las 6 de la tarde, aun cuando la misma Ley señala que cuando las circunstancias lo ameriten (¿?) también se pueden hacer en horas distintas. Pero ceñida estrictamente a la letra de la Ley y su horario de oficina, y sin apreciar la gravedad del delito, ni la peligrosidad de los delincuentes, ni la complejidad del operativo, la juez liberó a la mayoría de los capturados.
En el fugaz debate público que provocó este hecho, la opinión quedó muy mal dividida entre quienes piensan que el problema es la Ley y quienes señalan que son los jueces. Yo creo que son ambos: unas leyes muy garantistas y ambiguas, y unos jueces aún más garantistas e inclinados a favorecer a los delincuentes en la aplicación de las normas. O, aún peor, a castigar a unos y hacerse los de la vista gorda con otros, como en los casos de los políticos y dirigentes acusados de vínculos con grupos armados ilegales: duros hasta la arbitrariedad con los sindicados por parapolítica, blandos hasta la complacencia con los incriminados con farcpolítica. A esto hay que añadir, en ocasiones, las deficiencias de los investigadores en la recolección y la presentación de pruebas ante los jueces. Un perfecto coctel para la impunidad.
Tendremos que esperar a que aparezca una nueva generación de jueces que tenga como valores superiores la seguridad y el interés colectivos, sin violar los elementales derechos a la legítima defensa de los incriminados con pruebas razonables, porque no son cosas incompatibles. Mientras tanto, la vía más expedita para disminuir la impunidad es ajustar las leyes para reducir el margen de interpretación y de arbitrariedad, que muchos jueces disfrazan con el apego literal a la norma.
Sería muy útil, por ejemplo, revisar el caso de Italia, donde a comienzos del presente año se aprobó un Código Único contra el crimen organizado que agrupó en un solo estatuto toda la legislación dispersa y ajustó las normas y los procedimientos para combatir con más eficacia a todo tipo de bandas delictivas. La creciente y dinámica amenaza que representa el crimen organizado a nivel global exige de los Estados una permanente actualización de sus instrumentos jurídicos, so pena de que estos se conviertan en rey de burlas de una delincuencia sagaz que siempre está encontrando nuevas formas de eludir la acción de las autoridades y aprovechando los resquicios de leyes obsoletas y excesivamente garantistas.
La reforma a la justicia no puede quedarse en definir quién nomina o terna a quién para qué alto cargo en la cúpula judicial o cómo se reestructura la arquitectura institucional de la rama. También es necesario reformar aquellas medidas que han demostrado ser poco efectivas e incluir otras para disuadir y castigar con más contundencia a los criminales y sus viejas y nuevas formas delictivas: desde el fleteo y el paseo millonario, pasando por los apartamenteros y extorsionistas, hasta los narcotraficantes de todos los pelambres y sus bandas armadas.
Para combatir mejor al crimen organizado hay que ampliar a 24 horas los allanamientos con orden judicial, redefinir el concepto de flagrancia, ampliar los términos para la formulación de cargos y de la prescripción de muchos delitos, mejorar la protección de las víctimas y los denunciantes, volver no excarcelable el porte ilegal de armas, endurecer el castigo a los reincidentes, etcétera. Y, claro, mejorar la capacidad técnica y científica del CTI en la investigación criminal, porque sus deficiencias están poniendo en entredicho la eficacia de los juicios orales. Son las acciones que la sociedad le reclama a gritos al Estado para neutralizar el desbordamiento de la impunidad.

Fuente: Semana.com
http://www.semana.com/noticias-opinion/impunidad-desbordada/145407.aspx