miércoles, 20 de julio de 2011

La Nueva Unidad Nacional…


Especulemos, porque la vida nos da sorpresas…
O, dos especulaciones: Una mala y una buena.

Sorpresa, por decir lo menos, generó el anuncio del Presidente Juan Manuel Santos en el sentido de que desde este 21 de julio el Partido Verde ingresaría a la Mesa de Unidad Nacional. Esto significa, ni más ni menos, que se sentarán juntos, con el propósito de construir un país mejor, los voceros del Partido de la U, del Partido Conservador, del Partido Liberal y de Cambio Radical.

En la instalación de las sesiones del Congreso, Santos lanzó la bomba política como el primero de sus puntos en el discurso oficial, abrió con esa noticia y, desde ese momento, las redes sociales se aceleraron y empezaron a circular las opiniones en todos los tonos y desde todas las orillas. La ironía, la rabia, el humor ácido, la burla, predominaron en los trinos. Falta análisis, como lo señaló uno de los tuiteros, lo que sumado al silencio de la dirigencia del Partido Verde genera muchas inquietudes.

Tanda de piropos y silencios:

Santos no ahorró en piropos: "El Partido Verde -con propuestas novedosas e inteligentes- fue un digno y respetuoso contendor en la campaña presidencial”. Y tomando palabras del mismo Presidente Santos, el Partido Verde expresó en su cuenta de Twitter: “Vamos a ayudar a construir sobre lo construido, colectivamente un sueño llamado Colombia, Partido Verde ingresa en Unidad nacional!!”. Y precisó: “Desde mañana, seremos parte de la mesa de Unidad Nacional del Presidente Santos”.

Sea cual sea la razón y el proceso, llama la atención el silencio de líderes destacados de ese partido, como Sergio Fajardo quien, si bien renunció a su condición de copresidente de la colectividad, sí es su candidato oficial para la Gobernación de Antioquia. Y enfrenta a destacados voceros de la Unidad Nacional con quienes es muy difícil verlos compartiendo sueños: Álvaro Vásquez, Luis Pérez, el concejal de Medellín, Jesús Aníbal Echeverri y buena parte de la dirigencia del Partido de la U y del Conservatismo. Es que Fajardo se posicionó en el imaginario social como la antítesis de estos personajes y sus prácticas. Al finalizar la tarde del 20 de julio, Fajardo anunció dos cosas importantes: no sabía del ingreso Verde a la Unidad Nacional y el jueves 21, muy temprano, daría su opinión al respecto. Estaremos atentos.

Una especulación buena:

Tal vez con la alianza AMA firmada entre Fajardo y Aníbal Gaviria para trabajar juntos por Medellín y Antioquia, se esté abriendo un campo político en el que predominen los principios éticos defendidos por los fundadores de Compromiso ciudadano y que hoy tienen a Medellín como una ciudad transformada y limpia en sus manejos financieros, en un contexto nacional de grandes escándalos por corrupción.

Llama la atención, por eso mismo, que en días anteriores, en los Estados Unidos, el Alcalde de Medellín, Alonso Salazar, afirmó sentirse “más cómodo con Santos que con Uribe”, lo que en su momento fue leído como un insulto a Uribe pero que, leído hoy, puede significar un guiño a buscar unidad con sectores más allá de los partidos alternativos o de oposición y buscar alianzas con sectores políticos en los demás partidos, alrededor de temas clave hoy que se convierten en bandera de todos los colombianos y que no son patrimonio de un sector político. La lucha contra la corrupción, la defensa de lo público, la atención a las víctimas del conflicto, la restitución de tierras, entre otros asuntos, convocan el esfuerzo de mucha gente, no son patrimonio de los partidos de izquierda ni de las agrupaciones como el Partido Verde que entraron con fuerza en escenarios locales y en el ámbito nacional.

Es posible que el anuncio de Santos profundice las divisiones entre los sectores santistas de la U y los sectores uribistas. Mientras el Uribismo se hunde en el desprestigio por los escándalos de corrupción que persiguen al expresidente Uribe y que ya tienen con un pie en la cárcel al exministro Andrés Felipe Arias, Santos lidera un gobierno que se ha empeñado en destapar ollas podridas y en llevar a la cárcel a quien resulte implicado.

Si eso es así, podríamos estar a las puertas de un nuevo y revolucionario reagrupamiento político en el país, como reacción nacional contra la corrupción. En esta nueva realidad, personas de todos los partidos podrían polarizarse en dos grandes bloques con matices: un bloque, integrado por quienes asumen lo público como la posibilidad de enriquecerse y que por ello acuden al “todo vale”. Otro bloque estaría integrado por quienes asumen lo público como la posibilidad de generar una sociedad más incluyente, más solidaria, menos corrupta, ojalá con corrupción cero. Y ante esa polarización de nada vale la pertenencia a uno u otro partido; vale la decisión política de asumir una u otra postura.

Una especulación mala:

Pero cabe otra especulación: la decisión de ingresar a la Unidad Nacional la pudo tomar un pequeño círculo bogotano de los más tradicionales del partido Verde, aún a espaldas de sus copresidentes y parlamentarios. Una situación de esas dejaría clara una realidad muy desesperanzadora, en el sentido de que cortaría de raíz la posibilidad de construir partidos deliberantes, democráticos y alineados con los anhelos nacionales.

El jueves retomamos las especulaciones.

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