lunes, 2 de agosto de 2010

"No le cobraré a nadie"

EL ALCALDE DE Medellín, Alonso Salazar, quiere cerrar el capítulo sobre las acusaciones que hicieron en su contra, por un supuesto apoyo de las Auc a su campaña, y dedicar toda su energía a trabajar por la ciudad.
Isolda María Vélez H. / Medellín / Publicado el 1 de agosto de 2010 / http://www.elcolombiano.com/

De su boca no salen palabras de revancha, pero en sus ojos, inevitablemente, se asoma ese brillito de satisfacción por la batalla ganada.
Alonso Salazar no se vanagloria de que la Fiscalía le haya desmontado, uno a uno, los argumentos a quienes lo acusaron de haber recibido apoyo de Diego Bejarano Murillo, alias "Berna", para ganar la Alcaldía, pero se le siente ese aire de triunfo porque el tiempo le dio la razón.
Todas las llamadas y mensajes de apoyo que recibió el viernes, una vez EL COLOMBIANO reveló que el proceso había sido archivado porque las acusaciones eran "falaces", lo emocionaron de manera profunda, a tal punto que entendió que ya había librado su conciencia y que eso resolvía cualquier afán revanchista contra quienes lo pusieron entre la espada y la pared.

¿Se siente más livianito?
"Todos los mensajes que he recibido me han emocionado, estoy especialmente feliz. Pero las llamadas que vienen de la familia me gustan mucho más porque solo cuando uno está involucrado en un tema de estos, de este tamaño, sabe lo que la familia sufre. Cuando le hacen a uno semejante acusación, hay un daño a la persona muy grande, pero el de su entorno familiar es impresionante.
Mis padres, que están muy veteranos, cuando se sumaron los señalamientos de que era un alcalde borracho, de la denuncia por secuestro y todo esto, me preguntaron un día si yo había hecho algo raro... Ese día me desmoroné. Aunque no tenía temor de que me fueran a condenar, lo que me propuse por ellos, por mí, por la ciudad era que la Fiscalía dijera en algún momento, aquí no pasó nada, Alonso Salazar está absolutamente limpio".

¿Sus papás también sienten el alivio por la finalización de este proceso?
"Están felices. Y como suele suceder lo que ellos hicieron todo este tiempo, que es su forma de ser solidarios, fue orar, orar y orar. Ya ofrecieron misas y van a pagar las promesas que tenían de cuenta de que esto saliera bien".
¿Y qué promesa hizo usted si ganaba?
"No había hecho una promesa especial. Me había hecho la promesa a mí mismo, de que no iba a dejar que esto se quedara en el aire. Por eso la terquedad con los tres directores de Fiscalía y con los fiscales, de que tenían que investigar y producir un resultado, porque a través de esa promesa yo también me sentía comprometido con que la gente de Medellín pudiera despejar las dudas sobre mí. Cualquier persona, quiérame o no, tenía derecho a saber que su alcalde tiene una hoja de vida transparente".
¿En ese mar de noticias negativas que llevaron a sus papás a preguntarle si estuvo en algo raro, llegó a pensar, en algún momento, que no saldría bien librado y que el objetivo de quienes pretendían tumbarlo se iba a lograr?
"Hubo momentos muy duros. Pero no quiero recapitular mucho, porque lo que quiero es aprovechar este momento de felicidad para concentrarme en lo que queda de la administración, en la tarea de la ciudad. Rememorar implica quizás empezar a nombrar personas y circunstancias y no me parece. Pero la verdad, es que el primer año fue muy duro desde el punto de vista emocional".

¿Ante tanta presión, sintió en algún instante el deseo de tirar la toalla?
"No. Eso nunca porque, primero, uno en la vida pública va formando un carácter y ante una dificultad no puede salir corriendo a las primeras. Segundo, por el deber mismo. Tercero, porque correr era dar razones a esos enemigos. Pero a pesar de esos desalientos, me levantaba cada mañana con la tarea clara de trabajar por la ciudad, salir adelante y reservaba un tiempo y unas energías para el proceso".
El tema de la inseguridad en la ciudad combinado con las acusaciones en su contra, empeoró la percepción de que la situación se estaba saliendo de las manos.
"Además de la preocupación de que me acusaran, había otro factor muy preocupante: en los primeros meses tanto el director de la Fiscalía como el comandante de la Policía Metropolitana salieron implicados en investigaciones sobre supuestos nexos con criminales. Entonces uno como alcalde sí se pregunta, ¿con quién estoy construyendo la seguridad? Si usted me pregunta por un momento muy difícil fue aquel en el que tuve que salir a decir que había un complot en la ciudad. Mucha gente pensó que estaba loco, pero los hechos lo fueron evidenciando".

¿Está cobrando por ventanilla lo que dijo en su momento?
"No quiero cobrarle nada a nadie. Quiero cobrar la libertad de mi conciencia, quiero aprovechar para que la gente de la ciudad diga que hay un alcalde que, pueden criticar en lo que quieran, pero que tiene una hoja de vida transparente. Lo otro son los asuntos de la justicia en los que no me volveré parte activa si no que la justicia haga lo que inercialmente tiene que hacer".
Es decir, no demandará a quienes salieron públicamente a acusarlo?
"No. Yo no voy a perder energía en eso. La gasté en esto que era lo que me interesaba y toda mi energía será para las cosas buenas de Medellín, lo que viene como la llegada de las multinacionales, los programas sociales en los que estamos trabajando y sacar adelante la ciudad en materia de seguridad".

Alcalde es que en la vida pública se tienen enemigos políticos, pero ¿por qué cree que se ensañaron con esas acusaciones para desacreditarlo?
"Había una clase política y unos sectores de la criminalidad que esperaban regresar a la Alcaldía y lo tenían como un hecho muy cierto y logramos derrotarlos. No se quisieron resignar a esperar cuatro años más. Incluso, lo que percibo es que cuando comenzaron a recoger firmas estaban muy angustiados. Después se concentraron en la estrategia de armar una demanda jurídica, como la del secuestro, y cuando todo eso se derrumbó construyeron durante tres o cuatro meses, muy libreteado, la acusación del apoyo de reinsertados y "Berna". Es tiempo pasado. Por fortuna, lo que hizo la Fiscalía es suficientemente contundente y quiero cerrar ese capítulo".

En el expediente, la Fiscalía deja en evidencia una alianza para montar una campaña de desprestigio en su contra...
"A mí me gustaría más que la justicia, los medios y la ciudadanía se ocuparan de ese asunto, y lleguen a las conclusiones a que hubiera lugar, sobre los nombres de quienes estuvieron involucrados. Como Alcalde no quiero que este tema sea el eje de la ciudad. Mi deber es concentrarme en lo prioritario y aquella frase común se aplica aquí: Mi Dios va sabiendo cómo hace sus cosas".
Sí quiero preguntarle Alcalde lo que siente cuando la gente parodia la frase de gobernabilidad en Medellín con aquella de que aquí se impuso la "donbernabilidad"...
"Siento mucho dolor porque es un facilismo que se inventaron unos sectores para desprestigiar una administración. Lo que nunca han calculado es el daño que al mismo tiempo le hacen a la ciudad. Cuando se deslegitima un alcalde, se deslegitima la institucionalidad; cuando se deslegitima la institucionalidad se disminuyen las capacidades de enfrentar la criminalidad y con esas calificaciones han valorizado el mundo criminal. Esta sociedad tiene que hacer un esfuerzo grande por quitarle valor al mundo criminal, por valorar sus instituciones, por construir convivencia".

Usted ha dicho que cuando termine su mandato quiere volver a su oficio de escritor, ¿ya tiene el tema de su próximo libro, porque tiene mucho qué contar?
"Yo hoy no lo sé. Uno termina siempre escribiendo de las cosas que nunca ha pensado. Seguramente de lo que hemos vivido en esta Alcaldía vamos a escribir muchas cosas, hacer memorias y lo haré con gusto, pero quizás no sea exactamente lo que más quiera como una marca personal. Tengo una idea que me da vueltas y vueltas desde hace mucho tiempo: en una esquina del barrio Simón Bolívar éramos 15 amigos, allá todavía está el hueco que dejamos por estar siempre allá. Y a esos 15 amigos nos pasaron cosas tan distintas, que con esas historias podría contar la Medellín muy diversa de los últimos 30 años. Ese tema me jala. Fíjese, algunos de esos amigos terminaron en cosas 'rarosas' pero alguno de ellos terminó de Alcalde de Medellín".

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