domingo, 27 de marzo de 2011

En Moravia, dotaron a los músicos jóvenes de Medellín

La Alcaldía entregó instrumentos a 3.669 jóvenes que tocan en la Red de Escuelas de Música.
Del norte, sur, de arriba y de abajo, llegaron al Centro de Desarrollo Cultural de Moravia niños y jóvenes de la Red de Escuelas de Música de la ciudad para recibir 410 instrumentos que les permitirán no solo ser mejores músicos, sino también mejores seres humanos.
Ayer hicieron resonar en el auditorio Rogelio Salmona sus clarinetes, violonchelos, saxofones y timbales, interpretando cumbias, baladas y popurrís de grandes clásicos.
A las 10:00 a.m. la escuela de música anfitriona, la de Moravia, dio la bienvenida a unas 400 personas.
El joven Henry Lance Sepúlveda, quien es profesor de oboe y dirigió la interpretación de los chicos del barrio, dijo que la Red le permitió no quedarse "desparchado en una esquina".
De hecho, la mayoría de los jóvenes que están en las escuelas son de estratos 1, 2 y 3. Y han encontrado allí una ventana para escapar a los problemas de sus barrios.
Tras escuchar la primera presentación, Luis Miguel Úsuga, Secretario de Cultura Ciudadana municipal, dijo que "la Red de Escuelas de Música es un territorio donde hay esperanza, y los 4.622 niños y jóvenes están mostrándole a su comunidad, a los demás, que sí se puede ser alguien importante sin participar en la violencia".
La inversión de la Alcaldía en los instrumentos, con recursos del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo, asciende a 385 millones y beneficiará a 3.669 integrantes de 20 escuelas.
Los mejores estudiantes de esas escuelas fueron quienes recibieron los instrumentos.
A las 10:30 Daniel, Karina, Cristian, Manuela, David y María, habitantes de los barrios Villa Hermosa, Boston, Belén y El Poblado, que hacen parte de la Red, se levantaron uno tras otro, y cada uno tocó un tema como solista.
Pero fue David, de 10 años, el que se robó el show cuando se subió al escenario sin que nadie lo llamara para tocar su violonchelo.
A las 11:15 a.m., cuando ya todo estaba listo para la entrega de los instrumentos, apareció Cesar López, el creador de la 'escopetarra', y tocó la canción todas las balas son perdidas.
Al medio día 20 jóvenes músicos subieron al escenario para recibir clarinetes, un piano eléctrico, fagots, contrabajos, violas, timbales, cornos y trombones.
El encuentro terminó con una fotografía afuera del auditorio. Y todos, allí, fundieron sus sonrisas con el brillo de sus nuevos instrumentos.

NATALY MIRA
Para EL TIEMPO

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