miércoles, 13 de junio de 2012

Ratifican condenas contra cuatro militares por masacre de San José de Apartadó


Lea y recuerde qué papel cumplió Francisco Galvis en este caso

Foto El Espectador
 El Tribunal Superior de Antioquia, revocó la absolución impartida a cuatro militares procesados por la masacre de San José de Apartadó, y los condenó a 34 años de prisión, cada uno, como responsables de los delitos de homicidio en persona protegida y concierto para delinquir agravado.
Por estos hechos, el Tribunal ordenó además la captura inmediata de los cuatro uniformados, quienes además tendrán que pagar una multa de 10. 200 millones de pesos por la matanza registrada el 21 de febrero de 2005, en la cual fueron ultimadas ocho personas, entre ellas tres menores de edad.
Los condenados en segunda instancia son
·         Alejandro Jaramillo Giraldo
·         Jorge Humberto Milanés Vega
·         Darío José Brango Agámez
·         Edgar García Estupiñán.
Los exintegrantes de la Fuerza Pública fueron hallados culpables de los delitos de homicidio en persona protegida y concierto para delinquir agravado. Lo curioso es que todos habían sido absueltos por el Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Antioquia el 4 de agosto de 2010. 
Los nombres de más miembros de la fuerza pública y de 16 paramilitares los registra el fallo.
La Fiscalía estableció que el 21 de febrero de 2005 ‘paras’ del Bloque Héroes de Tolová guiaron tropas de la Brigada XVII del Ejército y después asesinaron a cinco adultos y tres niños en veredas de San José de Apartadó, un corregimiento de Apartadó, en Urabá antioqueño.

En Mulatos Alto asesinaron a machetazos a Luis Eduardo Guerra y su esposa Beyanira Aleiza, así como a Deyner Andrés, hijo de Guerra, de 11 años, cuyo cuerpo fue decapitado.

En La Resbalosa los ‘paras’ mataron a Alfonso Bolívar Tuberquia, su esposa Sandra Milena Muñoz, y sus hijos Natalia, de 5 años, y Santiago, de 2 años, así como Alejandro Pérez, jornalero de oficio.

En 1997, los habitantes de San José de Apartadó declararon su pueblo “Comunidad de Paz”, un espacio neutral a la guerrilla, los paramilitares, el Ejército y la Policía, decisión que le costó a la comunidad campesina señalamientos con todos los actores del conflicto.

¿Y qué tiene que ver con estos hechos don Francisco Galvis?
Luego de la masacre del 21 de febrero de 2005, un hecho que causó enorme indignación entre quienes conocen y aprecian a la Comunidad de Paz, fueron las declaraciones que hizo por la cadena radial RCN el Director de Fiscalías deAntioquia, Dr. Francisco Javier Galvis, el 3 de marzo de 2005.
Según el sacerdote jesuita Javier GiraldoMoreno, Galvis, refiriéndose a la Comunidad de Paz, afirmó: “es un veraneadero de las guerrillas de las FARC (...) además en el pasado denunciamos el hecho de que allí en el territorio urbano de esa pequeña comunidad llegó incluso a presentarse la negociación de secuestros entre las FARC y los familiares de personas que habían sido tomadas cautivas”.
Con estas declaraciones, puso de carne de cañón a las gentes del poblado y afianzó la versión que circula en la Fiscalía en Medellín, donde se afirma que fue auxiliador de grupos paramilitares cuando trabajó bajo las órdenes del cuestionado Luis Camilo Osorio.
Galvis propagó, según Giraldo, otra calumnia contra la comunidad de paz de San José de Apartadó: “Luego (Galvis) se refirió a la explosión de una granada en el mes de agosto de 2004, hecho ya investigado por la misma Fiscalía donde se han recaudado elementos suficientes para demostrar que se trató de una granada abandonada por el ejército en San José, pero el Doctor Galvis se acogió más bien a la versión- montaje que intentó hacer el ejército, sin éxito: “hace tres meses se denunció allí que habían sido afectados por un petardo y resulta que a la hora de la verdad se trataba era de la fabricación de que les habían lanzado un cilindro bomba y resultó eso ser una total mentira, porque allí lo que ocurrió fue que estaban elaborando una bomba casera y estalló y produjo una serie de heridos y precisamente uno de los muertos en La Resbalosa de la semana pasada, el muerto de apellido Guerra, es la persona que ha sido señalada como la persona que estaba dedicada en ese momento a la elaboración del artefacto
Sobre estas declaraciones dadas a RCN Radio, el jesuita se pregunta: “Si estas calumnias tan aberrantes son proferidas públicamente por el jefe del ente investigador del poder judicial en el departamento de Antioquia, ¿habrá esperanza alguna de que él pueda responder ante la justicia por su delito?; ¿habrá esperanza alguna de que la investigación de la masacre de febrero pasado tenga algún grado de imparcialidad y objetividad?; ¿no revela esto, acaso, ser una pieza de la estigmatización orquestada de las víctimas de la masacre y de la Comunidad, que ha reemplazado la esperada condena del crimen por parte de las instituciones del Estado?”
La particular mirada de Galvis sobre la seguridad lo llevó a declarar en El Colombiano que una tarea urgente de “importancia capital”, era implementar un “fondo mixto, con recursos privados y públicos, para atender la defensa legal técnica del personal de la fuerza pública”.


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