jueves, 8 de marzo de 2012

La condena a Alonso Salazar

...con uno de los funcionarios que participaron en política se va a los toros a recibir ovaciones conjuntas del público, y al otro lo decapita para que no pueda seguir ejerciendo la política. A veces da la impresión de que quien está participando en política, para su posible reelección, es el propio procurador Ordóñez... 

Editorial

Por: Elespectador.com

Hace poco, una tarde soleada a comienzos de este año, el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez, se hallaba en Medellín en la plaza de toros de La Macarena, gozando del espectáculo taurino.

Andrés Chica, quien ofreció un toro a Monseñor Ordóñez

A su lado, en la barrera del tendido de sombra, estaba su amigo y copartidario, el exgobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos. Cuando por los altoparlantes se mencionaron los nombres de los actuales mandatarios locales de Antioquia, el gobernador Sergio Fajardo y el alcalde Aníbal Gaviria, que no asistían a la corrida y que además habían quitado el apoyo económico oficial al espectáculo taurino, se oyeron los abucheos y los silbidos del público. A continuación, en cambio, al mencionarse la presencia del procurador Ordóñez y el exgobernador Ramos, hubo una gran ovación y los mencionados se levantaron juntos a recibirla. El joven rejoneador Andrés Chica, sobrino del controvertido criador de toros Dayro Chica, le ofreció además su toro y su faena a Ordóñez, que recibió el homenaje levantando los brazos para agradecerlo.

Para nadie es un secreto que el anterior mandatario de Antioquia, el conservador Luis Alfredo Ramos, apoyó en las anteriores elecciones a su copartidario Álvaro Vásquez. Cuando éste fue acusado, durante la campaña, de graves actos de corrupción, el gobernador Ramos lo defendió con ardor. Su participación en política, en apoyo de este candidato, fue bastante evidente. También es sabido que la coalición que terminó ganando las elecciones la integraban Sergio Fajardo, para la Gobernación, y Aníbal Gaviria, para la Alcaldía. El candidato derrotado, Luis Pérez Gutiérrez, era apoyado en Medellín por la senadora Liliana Rendón (conservadora y amiga del gobernador Ramos). Es decir, resumiendo, y como es normal, había dos grupos políticos enfrentados: Vásquez-Pérez, apoyados por el gobernador Ramos, y Fajardo-Gaviria, que también abiertamente recibían la simpatía del alcalde Alonso Salazar.

A mediados de diciembre del año pasado, en un editorial de El Espectador, nos preguntábamos por el extraño afán que tenía el procurador en procesar al alcalde Salazar: “Lo que no se entiende es la instrucción impartida por el titular del Ministerio Público, Alejandro Ordóñez, de darle celeridad al proceso. No es habitual que lo que tarda regularmente tres meses se termine en uno solo”. Pues bien, la procuradora delegada acaba de condenar a Salazar en un tiempo récord, y de inhabilitarlo por 12 años (una condena durísima, más larga que la del exgobernador del Valle, el cuestionado Juan Carlos Abadía). Como señaló hace poco un editorial de El Colombiano, la de Salazar era “una condena anunciada”.

Lo que el alcalde Salazar denunció de Luis Pérez no fueron actos políticos, sino alianzas ilegales con personajes de la mafia de Medellín. Entre otros, el sacerdote Óscar Alberto Ortiz, hoy procesado por homicidio; Antonio López, alias Job, y Diego Fernando Murillo, alias Don Berna. El mismo Alonso Salazar, en un acto de gran valor, y arriesgándose mucho, fue quien denunció también a alias El Cebollero, que acaba de ser condenado a más de 30 años de cárcel por la justicia ordinaria.

Las condenas por participación en política son una especie de guillotina simbólica para cortar cabezas a discreción, y de esta especie de guillotina parece echar mano —y sin apelación en instancias distintas— el procurador . Como puede verse en el caso del exgobernador Luis Alfredo Ramos y del exalcalde Alonso Salazar, con uno de los funcionarios que participaron en política se va a los toros a recibir ovaciones conjuntas del público, y al otro lo decapita para que no pueda seguir ejerciendo la política. A veces da la impresión de que quien está participando en política, para su posible reelección, es el propio procurador Ordóñez, que espera estar en la terna para ser reelegido. Condena a Salazar por denunciar que un candidato tenía tratos con personajes cuestionables de Antioquia; pero recibe un toro del sobrino del criador y rejoneador Dayro Chica, un personaje cercano al clan de los Ochoa.

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